Denuncian que un menor lleva dos días en la calle en situación de desamparo

Anass llegó a la isla en patera el pasado mes de octubre, y desde entonces ha sido tratado como un adulto. Ni la Policía ni la Fiscalía de Menores han valorado hasta ahora un documento que acredita lo contrario

5 de marzo de 2021 (16:51 CET)
Actualizado el 6 de marzo de 2021 (13:25 CET)
Anass, el joven inmigrante que lucha para que se le reconozca como menor, a las puertas de los Juzgados (FOTOS: Sergio Betancort)
Anass, el joven inmigrante que lucha para que se le reconozca como menor, a las puertas de los Juzgados (FOTOS: Sergio Betancort)

Un certificado acredita que nació en junio de 2003 y que es menor de edad, pero Anass ha sido tratado como adulto desde que llegó en patera a Lanzarote el pasado mes de octubre. Desde entonces permanecía en una de las instalaciones gestionadas por Cruz Roja, pero ahora lleva dos días en la calle.

“Está desamparado. Hay jóvenes de 17 años que parecen mayores, pero Anass se nota que es muy niño y necesita atención”, afirma una de las personas que está tratando de ayudarlo, ante la falta de respuestas de la administración. Esta persona lo conoció cuando estaba en Cruz Roja y él acababa de llegar a la isla. “Él se pasó dos semanas diciendo que era menor, hasta que se cansó, porque no le hacían caso”, relata.

Después, esta persona se desvinculó de la ONG y dejó de verlo, pero ha seguido en contacto con él, intercambiando algunos mensajes de móvil. El último le llegó a principios de esta semana, cuando Anass le escribió para decirle que se había quedado en la calle.

El motivo fue que se había organizado un traslado de inmigrantes a Fuerteventura, y varios se negaron a ir por miedo a que los fueran a devolver a su país. Uno de ellos fue Anass, que al igual que los adultos, se vio de pronto sin techo.

Desde entonces, varias personas se han volcado para ayudarle, pero no han conseguido respuestas de las autoridades competentes. “Llevamos desde el miércoles comunicando que hay un menor en situación de desamparo en Lanzarote. Se ha comunicado por escrito tanto a la Comisaría de la Policía Nacional como a la Fiscalía de Menores y no se ha hecho nada. Lo que hacen es pasarse la pelota unos a otros”, cuestiona la abogada Irma Ferrer, que se ha implicado personalmente en el caso y lleva meses colaborando con la Red Ciudadana de Solidaridad. 

Anass, el joven inmigrante que lucha para que se le reconozca como menor, a las puertas de los Juzgados de Arrecife

“Por eso hemos llegado a esta situación hoy viernes a las tres de la tarde, porque el menor está durmiendo en la calle”, subraya. Ferrer se refiere así a la protesta que finalmente han decido llevar a cabo a las puertas de los Juzgados de Arrecife, a donde ha acudido el propio Anass ante la falta de soluciones.

“La política de inmigración del Estado español es que los menores en desamparo duerman en la casa de los voluntarios de la red de solidaridad. Ésa es la política de inmigración de este país”, denuncia Ferrer.

"Quería ir al centro de menores, quería estudiar"

Anass llegó a Lanzarote desde Agadir a principios de octubre y provenía de una familia “muy pobre”, lo que le llevó a echarse al mar en busca del sueño de una vida mejor. “Él quería ir al centro de menores, quería estudiar”, explica la persona que lo conoció en las instalaciones gestionadas por Cruz Roja.

Según la Policía, el joven nació el 25 de junio de 2000, que fue la fecha que registraron a su llegada. Sin embargo, él lleva meses mostrando un documento que señala su fecha de nacimiento el 25 de junio de 2003.

Ese único dígito de diferencia, esos tres años, son los que cambiaron su destino al llegar a la isla. Ni siquiera le hicieron pruebas para determinar su edad, y fue enviado directamente a un centro para adultos.

El cartel con el que Anass ha acudido a las puertas de los Juzgados
El cartel con el que Anass ha acudido a las puertas de los Juzgados

Ahora, las personas que se han volcado con su caso llevan dos días presentando un documento que lleva incluso la Apostilla de la Haya. Han pasado horas en Comisaría, han cruzado escritos y llamadas con la Fiscalía de Menores de Las Palmas, pero 48 horas después siguen sin recibir respuesta. Por eso han decidido hacer pública una situación que consideran inadmisible en un estado de derecho.

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