El Pleno del Cabildo de Lanzarote, celebrado este jueves en Jameos del Agua, aprobó la moción presentada por el consejero Santana para impulsar un Plan Insular de Prevención de Ahogamientos. La iniciativa pretende dar respuesta a una realidad que cada año se cobra decenas de vidas en el Archipiélago y que afecta de manera especialmente grave a Lanzarote.
Durante su intervención, Santana recordó que el ahogamiento continúa siendo la primera causa de muerte accidental en entornos naturales en Canarias, superando incluso a los accidentes de tráfico. Las características de las islas —mar abierto, clima favorable y elevada afluencia turística— convierten este fenómeno en un problema de seguridad pública de primer orden.
Para sustentar su propuesta, el consejero mantuvo contacto directo con la plataforma “Canarias, 1500 km de costa”, referente en siniestralidad acuática. Los datos aportados por esta entidad evidencian la urgencia de adoptar medidas preventivas y coordinadas.
Según el Balance de Siniestros Acuáticos de Canarias 2024:
72 personas fallecieron por ahogamiento en Canarias en 2024.
9 de esas muertes se registraron en Lanzarote.
En el primer semestre de 2025 ya se contabilizan 27 fallecidos en el Archipiélago, 10 de ellos en Lanzarote hasta noviembre.
El 70 % de las víctimas eran turistas o no residentes, lo que evidencia un grave problema de desinformación.
El 48 % de los incidentes tuvieron lugar en playas.
“La Organización Mundial de la Salud es clara: la prevención debe ser integral y sostenida”, señaló Santana. “Como destino turístico internacional, tenemos la responsabilidad de anticiparnos, educar e informar”.
Una moción aprobada para reforzar la seguridad en las zonas de baño
Con la aprobación de la moción, el Cabildo podrá avanzar en la implantación de medidas destinadas a reducir la siniestralidad en la costa. El acuerdo contempla instar al Gobierno de Canarias y a los ayuntamientos a poner en marcha un Plan de Prevención de Ahogamientos basado en:
Señalización clara y multilingüe en playas, charcos, piscinas naturales y zonas de costa.
Refuerzo de los servicios de vigilancia y salvamento, ampliando personal, horarios y recursos.
Campañas de concienciación dirigidas a residentes y turistas en medios, redes, alojamientos, puertos deportivos y aeropuertos.
Formación en primeros auxilios y seguridad acuática en centros educativos, entidades deportivas y alojamientos turísticos.
Coordinación con el sector turístico para difundir alertas diarias del estado del mar y material informativo.
Creación de un registro insular de incidentes acuáticos que permita diseñar políticas basadas en datos reales.
Impulso municipal para desarrollar iniciativas similares y dotar partidas específicas destinadas a mejorar la seguridad en las zonas de baño.
Colaboración reforzada con el sector hotelero y de ocio náutico, clave para informar a los visitantes.
Elaboración de un informe anual sobre siniestralidad acuática que permita evaluar el impacto de las medidas.
Con este paso, Lanzarote avanza hacia un modelo de seguridad costera más robusto, preventivo y adaptado a su realidad turística y geográfica.








