La Iglesia de Femés acogió este martes la Solemne Sesión Académica necrológica de homenaje al recientemente fallecido literato canario Rafael Arozarena. El acto consistió en "homenajear al poeta, al novelista, al científico y al hombre", tal y como señala el presidente de la Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote, Francisco González de Posada.
"Poeta es lo que él quiso ser. Poeta es lo que en gran medida fue, además de científico de una naturaleza autodidacta, fundamentalmente botánica y entomología. Novelista como lo más importante. Y como hombre, un hombre jovial, delicioso, encantador, entrañable, estrafalario, radicalmente individual, personalista, singular?", añade González de Posada.
"Profunda canariedad"
Las "loas de recuerdo" abrieron el homenaje con la lectura de textos enviados por distintos académicos que coincidieron con él en Lanzarote, prosiguiendo con la presentación de las muestras pictóricas que sólo presentó en la Isla: "Pinturas de Arozarena" y "Espectros de Lanzarote", concluyendo con el mencionado laudatio, cuyo prólogo corrió a cuenta de la alcaldesa de Yaiza, Gladys Acuña.
La primera edil del municipio sureño hizo lectura de un texto en el que destacaba la figura del padre de un romance titulado "María la de Femés", correspondiente al libro "A la sombra de los cuervos" (1947). Acuña insistió en el carácter "sencillo" de Arozarena, resaltó "la profunda canariedad" del escritor fallecido a los 86 años y, en nombre de todo el municipio, agradeció a Rafael Arozarena el "haber inmortalizado al pueblo de Femés y al municipio de Yaiza" con su obra Mararía.
"Tenerle entre nosotros una vez más"
Al respecto de esta obra, González de Posada compartió una anécdota sobre lo que la repercusión de esta novela supuso para Arozarena: "Una de sus preocupaciones era que decía que el mundo conoce Mararía y como mucho hace referencia "al autor de Mararía", pero ninguno sabe que ese autor es Rafael Arozarena".
Francisco González de Posada fue el encargado cerrar el acto con el laudatio (elogio fúnebre) al escritor tinerfeño. Un laudatio que su autor define, así como al acto de homenaje, "por una parte solemne pero prioritariamente entrañable", ya que la intención del presidente de la Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote era "recordarle y tenerle entre nosotros una vez más, como tantas otras veces".