El poblado de Zonzamas se convirtió en uno de los yacimientos arqueológicos más conocidos e importantes de Lanzarote tras los primeros trabajos de la arqueóloga Inés Dug Godoy en 1971 y 1985, quien impulsó el reconocimiento de este lugar y arrojó luz sobre el modo de vida de los aborígenes de la isla, los majos.
Durante estos años, se consiguió recuperar una gran cantidad de materiales arqueológicos, entre los que destacan un ídolo tallado en arenisca volcánica de color gris conocido como Ídolo de Zonzamas.
Tras unas pequeñas intervenciones realizadas en este espacio entre los años 1994 y 1995 por parte de las dos universidades canarias, el yacimiento quedó abandonado hasta el año 2015, cuando el Cabildo de Lanzarote decidió retomar los trabajos de forma ininterrumpida hasta la actualidad.
Durante el transcurso de los treinta años siguientes, la única actuación que se realizó fue la del edificio de hormigón que se puede observar a día de hoy, todo ello debido a la política patrimonial que ha tenido Lanzarote a lo largo de las últimas tres décadas.
A causa de la escasa investigación que se ha realizado sobre el terreno en Zonzamas, el conocimiento sobre las infraestructuras y el modo de vida de los majos es limitado. Ante esto, desde Patrimonio se firmará "de manera inmediata" y por primera vez, una beca de investigación sobre el patrimonio arqueológico de la isla para aquellas personas que quieran hacer su tesis doctoral a través del estudio de los materiales que, en su momento, Inés Dug excavó.
Asimismo, desde el Área también se pretende crear un convenio de tres a cuatro años con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para realizar una batería de acciones de investigación sobre el yacimiento. Esto permitirá generar un conocimiento que, hasta ahora, es residual.
Características de Zonzamas
Zonzamas es uno de los yacimientos más singulares de Canarias, ya que es el único que tiene una muralla hecha con piedras de gran tamaño de hasta tres toneladas, lo que refleja que los aborígenes tenían un sistema social y económico muy consolidado.
Una de las características de los yacimientos arqueológicos de Lanzarote y, en concreto, de Zonzamas, es que las viviendas se llamaban "casas hondas" porque estaban semienterradas por una cuestión de protección contra las condiciones meteorológicas como el viento o las temperaturas. Además, las estructuras arqueológicas aquí están revestidas con tegue que actuaba como un impermeabilizante.
En cuanto a los restos humanos, en el yacimiento se descubrieron huesos de dos niños perinatales datados en torno al siglo VII, algo que supuso un hito, ya que era la primera vez que se descubrían restos de esa naturaleza en un yacimiento habitacional como Zonzamas. En otro de los sondeos que se realizaron, se encontraron las huellas fosilizadas de un camello y en una casa honda que fue abandonada por las erupciones volcánicas de Timanfaya aparecieron dos cerámicas sobre el lecho de ceniza probablemente provenientes de Tenerife.
Según declara Ricardo Cabrera, inspector insular de Patrimonio Histórico, actualmente el equipo "está cribando sedimentos provenientes de los restos de la construcción del edificio de hormigón del yacimiento que se dejaron a un lado y han aparecido muchísimos restos arqueológicos muy importantes".

Musealizar el yacimiento
Uno de los objetivos que se persigue desde el Área de Patrimonio Histórico del Cabildo insular es que Zonzamas se convierta en un gran museo donde todo aquel que quiera pueda visitarlo, aprender sobre la historia aborigen y comprender cómo vivían. Sin embargo, Cabrera explica que "para musealizar un lugar debes conocer qué es lo que tienes", por lo que uno de los primeros pasos desde que se reanudaron los trabajos fue conocer la extensión del yacimiento.
"Desde 2015 y hasta la actualidad hemos estado haciendo sondeos para ver la extensión del yacimiento", declara Cabrera, quien destaca que en las parcelas contiguas sigue habiendo restos, por lo que "el yacimiento es bastante grande". Aproximadamente, son más de 4.000 metros de superficie.
En este sentido, hace hincapié en que "es muy difícil recuperar el tiempo perdido en tan poco tiempo" y, aunque en estos últimos diez años se ha trabajado desde Patrimonio Histórico de manera ininterrumpida, "las cuestiones en esta área están muy sometidas a cuestiones políticas, por lo que ha habido parones".
La cantidad de trabajo e investigaciones que quedan por hacer en Zonzamas es enorme, por lo que "no se puede hacer un museo hasta saber cuál es la extensión del yacimiento". Por ello, hace unos años, desde Patrimonio sectorizaron el espacio y lanzaron un primer contrato plurianual para hacer sondeos y comprobar si había o no más estructuras arqueológicas que no se conocían. Estos trabajos revelaron nuevos restos y actualmente estas acciones están prácticamente acabadas.
Desde los trabajos que comenzaron hace diez años, el objetivo final era rescatar Zonzamas del abandono de casi treinta años y convertirlo en un museo arqueológico. Para ello, se han estado llevando a cabo tareas de conservación, mantenimiento, difusión, divulgación y de carácter museístico. Para esta parte, el inspector expone que "se contrató a un equipo de arquitectos para aprovechar el edificio de hormigón construido en 2002 para no hacerle más daño al yacimiento, por lo que a partir de esa estructura se planteó un proyecto de musealización".
Desde el Área señalan que este proyecto se inició, pero no lo supervisan desde el Cabildo, sino que lo hace el Gobierno de Canarias. "Cuando se realiza un proyecto de musealización, lo ideal es que el equipo de arquitectos y el de museografía trabajen de la mano porque se puede hacer un edificio muy bonito, pero existen unas necesidades que se derivan del uso específico que tenga el edificio", apunta. A raíz de ello, el equipo de museología se percató de mejoras que había que realizar, algo que se llevó a cabo.
Actualmente, los trabajos están paralizados porque hay que incorporar estas modificaciones para que "el edificio funcione mejor". Según desvelan desde Patrimonio, si todo va bien, "en unas semanas se tendrá el nuevo proyecto para iniciar la licitación y, posiblemente, este año se inicien otra vez las obras del museo". A partir de ahora, se diseñarán los itinerarios del futuro museo y, además, el próximo mes de septiembre se balizará el perímetro donde se encuentran las infraestructuras arqueológicas con un vallado de madera y soga de carácter disuasivo. Al mismo tiempo, se establecerán unos senderos y mesas de contenido.

Mantenimiento y conservación
Una gran parte de los trabajos en Zonzamas se han centrado en mantener y conservar los restos arqueológicos del espacio tras las tres décadas de abandono. "En lo que respecta a las estructuras arqueológicas, los trabajos de conservación se han hecho prácticamente al día", asegura Cabrera.
Uno de los primeros pasos que se hacen es una diagnosis de los agentes patológicos que están afectando a los restos, es decir, aquellos factores que influyen en su deterioro como los patógeno, hongo o el clima. "Se intentan poner medidas paliativas para corregirlo y que no se genere un efecto, y en el caso del clima bastante duro que tenemos, estos trabajos deben ser continuados", detalla. En este aspecto, la empresa responsable entrega al Cabildo cada tres meses una memoria donde se explica de manera minuciosa los trabajos para que, en caso de ser necesario, tomar medidas.
Por otro lado, desde el Área indican que "cuando Inés Dug realizó los trabajos arqueológicos en Zonzamas, excavó varias casas, pero por una serie de problemas en los años noventa se sepultaron con rofe, y nosotros lo que hicimos fue desenterrarlas de nuevo y dotarlas de unas estructuras de cubrición temporales para protegerlas hasta que se ejecute el proyecto definitivo".
Esta misma semana se conoció el atentado contra la Piedra del Majo, un grabado podomorfo que alguien partió a golpes y que hace años ya fue vandalizado. El trozo que quedaba y que fue dañado ha sido custodiado por Patrimonio para su "posible futura reconstrucción". "En Zonzamas existe un sistema de vigilancia de alarmas que tiene unos sensores y que están conectadas con la central, además de haber vigilantes que hacen rondas durante día y noche", recuerda, pero las redes sociales, por ejemplo, difunden espacios como estos y hacen que se conozcan muy rápido, algo que pone en peligro el yacimiento.
Divulgación y difusión
A pesar de que el museo todavía no es una realidad, existen visitas guiadas que se organizan cada cierto tiempo para poder aprender más sobre el yacimiento y verlo en persona. Tras descubrir las estructuras que Inés Dug excavó, desde Patrimonio Histórico impulsaron las visitas guiadas, sobre todo con escolares.
Según el Área, desde que comenzó esta iniciativa, por el yacimiento han pasado más de 10.000 alumnos. "Creo que es un éxito este número a pesar de que no esté el museo abierto", dice el inspector.
Además de las visitas para escolares, también se llevan a cabo aquellas dirigidas al resto de público y se realizan una vez cada 15 días, normalmente los sábados. Asimismo, tres veces al año se organizan visitas temáticas.
Según explica Marco Moreno, arqueólogo, director y gerente de Tibicena que organiza estas visitas, en ellas "se cuentan desde la muerte de los aborígenes de Lanzarote, los sistemas constructivos de las casas hasta la historia del propio yacimiento sobre las excavaciones y los trabajos".









