La playa graciosera de La Francesa, castigada con la bandera negra por masificación turística

Durante los primeros tres meses de 2023, La Graciosa, Reserva de la Biosfera, superó los 103.000 visitantes

15 de junio de 2023 (10:40 CET)
La Francesa, La Graciosa (Andrea Domínguez)
La Francesa, La Graciosa (Andrea Domínguez)

La playa de La Francesa en el idílico paisaje de La Graciosa ha sido castigada con la bandera negra que entrega anualmente Ecologistas en Acción. ¿El motivo? La masificación turística.

Según denuncia la agrupación medioambiental, esta bahía es visitada "en reiteradas ocasiones a lo largo del día" por empresas de turismo náutico que desembarcan turistas. Este Espacio Natural Protegido está habitado de forma regular por poco más de 700 personas, según el censo de 2019. Sin embargo, recibe diariamente 2.457 personas de media, de acuerdo con la organización ecologista.

La playa de La Francesa, localizada a poca distancia del único puerto de entrada y salida a la isla, recibe varios catamaranes diarios "repletos de turistas" en torno al mediodía, a los que se suman los visitantes que llegan por el puerto de Caleta de Sebo.

Durante los primeros tres meses de 2023, La Graciosa, Reserva de la Biosfera, superó los 103.000 visitantes. La octava isla se encuentra dentro del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, de la Reserva Natural Integral de Los Islotes de la Red Natura 2000 y ha sido declarada como Geoparque.

A pesar de su protección, "ni la playa ni la isla son lo que eran. El turismo desmedido ha convertido lo que fuera un lugar idílico del Atlántico en una playa cualquiera, abarrotada y ruidosa", denuncia Ecologistas en Acción.

Con el objetivo de conservar este espacio, Ecologistas en Acción propone establecer un cupo máximo de turistas y catamaranes para evitar las visitas masificadas y proteger el medio natural.

Desde la asociación ecologista señalan al "turismo desmedido" y a los jeeps-taxis que "llegan a gran velocidad" como causantes de parte de la contaminación. También a los "bares y restaurantes" que están localizados en primera línea de playa, así como a los 19 barcos que arrojan turistas durante todo el día en el pueblo, a los que suma los cientos de turistas de los catamaranes, "con música a todo volumen". 

La confederación de grupos en defensa del medioambiente, asegura que "si César Manrique resucitara preferiría volver a morirse ante tamaña situación".  

Para concluir, relatan que La Francesa, en particular, y La Graciosa, en general, han "superado con creces su capacidad de carga" y esta llegada constante de personas "pone en riesgo el valor natural de un sistema muy escaso" en las Islas. 

Ecologistas en Acción pide "contrarrestar los efectos producidos por un sobreturismo que entra en contraposición con el crecimiento sostenible que promueven los Objetivos de Desarrollo Sostenible". 

Al mismo tiempo en que señala la necesidad "imperiosa" de analizar en el ámbito marino todos los niveles de uso recreativo, su intensidad, cuantificarlos y determinar la capacidad de carga para este litoral. 

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