La obra 'De altos vuelos' llena el aforo en el Teatro Municipal de Tías

Durante los 80 minutos de vuelo con destino a Mallorca, la cabina de pasajeros por momentos se convirtió en una pista de baile

9 de junio de 2025 (09:17 WEST)
Actualizado el 9 de junio de 2025 (09:17 WEST)
Teatro Musical 'De altos Vuelos' en el Teatro Municipal de Tías
Teatro Musical 'De altos Vuelos' en el Teatro Municipal de Tías

Con motivo de las fiestas en honor a San Antonio de Padua, el Teatro Municipal de Tías la noche del pasado domingo acogió la obra Teatro Musical De altos vuelos. La representación contó con el aforo permitido al completo, un público alegre y desenfadado con ganas de pasárselo bien disfrutando como testigos de un vuelo "poco al uso", y donde el guionista, director y productor Daniel Moisés y los nueve actores, actrices, coreógrafa y ballet  consiguieron su objetivo con creces.

En De altos vuelos, el humor y la música fueron el contenido ideal para poder calmar a los pasajeros, ya que cada uno se subía a bordo llevando su propio problema y la tripulación y azafatas no conseguían que respetaran las normas vigentes en la navegación aérea.

Durante los 80 minutos de vuelo con destino a Mallorca, la cabina de pasajeros por momentos se convirtió en una pista de baile donde las componentes del ballet MT Dance, dirigidos por la coreógrafa Tatiana Niz, arropaban a los actores y actrices, con unas voces muy agradables a la vez que atractivas, interpretaron algunas canciones que para algunos de los presentes se han convertido en la banda sonora de sus vidas. Entre ellas, El turista 1.999.999, lanzada en el año 1967 por Cristina y Los Stop convirtiéndose en un himno del turismo español de la época, también sonaron otras como Viaja con Nosotros, lanzada en los años 80 por la Orquesta Mondragón, Tómame o Déjame, del grupo vasco Mocedades, otra de las canciones que consiguió que el público se implicara mucho más fue la titula Super Superman, con letra de Miguel Bosé grabada en 1979.

De altos vuelos, el musical que le hará olvidar por unos minutos los problemas cotidianos y poder cantar y reír hasta que el vuelo aterrice, un aterrizaje que dejamos en suspense porque todavía queda mucho más que ver y que contar.

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