Las fiestas del Carmen de la Villa de Teguise arrancaron con el pregón de Carmelina García Barrios

Además, durante el pregón se le hizo entrega de un ramo de flores

10 de julio de 2023 (12:09 CET)
Olivia Duque y Francisco Javier Díaz entregándole un ramo de flores a la pregonera Carmelina García Barrios
Olivia Duque y Francisco Javier Díaz entregándole un ramo de flores a la pregonera Carmelina García Barrios

Con el pregón de la vecina Carmelina García Barrios comenzaron el pasado viernes las fiestas en honor a Nuestra Señora del Carmen en La Villa de Teguise. El acto arrancó a las 20.30 horas en el convento Santo Domingo, contando con la presencia de la alcaldesa del Ayuntamiento de Teguise, Olivia Duque y el concejal de Cultura y Fiestas, Francisco Javier Díaz los cuales compartieron la mesa presidencial junto a la pregonera Carmelina García Barrios, los primeros asientos estuvieron ocupados por las autoridades y familiares de la pregonera completando el aforo vecinos y amigos.

La alcaldesa de Teguise, Olivia Duque, le hizo entrega de un pergamino que le acreditaba como pregonera oficial de las fiestas y el concejal de Cultura, Francisco Javier Díaz, le entregó un ramo de flores.

Texto completo de las palabras Carmelina en el pregón:

"Es para mi un honor estar esta noche aquí como pregonera de mi pueblo y de estas fiestas de Nuestra Señora del Carmen. Espero estar a la altura y cumplir con esta tarea que, con gusto, y un poco de nervios, he aceptado, y les agradezco a todos que me acompañen esta noche".

"Para los que no me conocen soy Carmelina, aunque mi nombre es Catalina, bueno, Catalina María del Carmen, para ser más exactos y fieles a la historia. Mi madre era partera de la zona, asistía sus propios partos y así mismo llegue a este mundo, con la única ayuda de mi madre. Solía contarnos que cuando se ponía de parto se encerraba en una habitación y preparaba todo lo que iba a necesitar; una palangana con agua, unas tijeras, alcohol, unos trapitos y una mantita para tumbarse en el suelo y así estar más cómoda; así le resultaba más sencillo poder incorporarse y cortar ella misma el cordón umbilical. Una vez que nacíamos, le asistía una vecina que se encargaba de atender al niño o niña mientras ella se recuperaba. Tuve la gran suerte de que ella misma me asistiera en casa en el parto de dos de mis hijas".

¡Gracias madre!

"Soy la pequeña de once hermanos, así que puedo presumir de que tuve algún que otro privilegio. Mi padre se puso tan contento cuando yo nací, que se fue a celebrarlo y perdió el tino de la tranca que cogió, así que cuando llegó al registro para inscribirme no se acordaba del nombre que me tenía que poner y me inscribió Catalina como su madre, pero cuando me fueron a bautizar, me bautizaron como María del Carmen, como mi madrina, Carmen la del Acatife. Mi partida de nacimiento es toda una locura, porque demás pone que nací en la isla de La Graciosa (de esto me enteré hace muy poco), ¡Total! que de lo único que estoy segura es de que nací en el año 195, echen ustedes cuentas de los años de esta historia. Y que la gente me llame como quiera: Carmelina, Catalina, Carmen o Catalina María del Carmen. Quizá por tanto lío con mis nombres tengo tanta devoción a Nuestra Señora del Carmen".

"Mi madre era de Tinajo, pero se vino a Teguise siendo una niña, a servir en la casa de Manuela y Esperanza Spínola. A pesar del paso de los años, siempre mantuvieron una muy buena relación, y para mí siempre fueron parte de mi familia, como creo que nosotros lo fuimos para ellas. También eran como de la familia, las Castillos, que fueron muy generosas con mi padre ofreciéndole un trozo de huerta para que construyera una casita después de que en tiempos de guerra mi padre les limpiara el aljibe para que los soldados tuvieran agua. Y así quedó mi infancia ligada a este barrio de Santo Domingo y a estas calles en las que fui tan feliz. Este convento en el que nos encontramos fue mi escuela en el arte de barrer, pues muchas fueron las veces que en el mes de octubre para las fiestas del Rosario, me dieron una escoba para que fuera aprendiendo hacer las cosas de la casa. Antes es lo que tocaba, hacer bien las labores de la casa".

"Aunque a esa edad, siempre había tiempo para hacer cosas como ir a la escuela, jugar o cantar. Lo de cantar y subirme a un escenario me viene desde pequeña, no se si por parte de mi madre, de mi padre, o de los dos. Mi madre tarareaba cuando estaba triste y mi padre, que era un parrandero, cantaba cuando estaba alegre. Recuerdo que mis primeros inicios sobre un escenario fueron en los salones del cura, donde antiguamente era el cine. Allí hice de telonera en una función de teatro cantando las canciones 'caminito que el tiempo has borrado' y 'corre, corre caballito'. Mi madre que estaba de viaje, no sabía nada, y cuando llegó se enteró por una vecina del pueblo que le dijo: ¡Ay, pero que artista tienes!. Mi madre no se lo podía creer el hecho de que me hubiese subido a un escenario a cantar, y con la creencia de que iba a tener a una artista en la familia a cualquier lugar que íbamos me decía ¡cántale a esta gente! y aunque su sueño no se cumplió, la música siempre a formado parte de mi vida. A lo largo de los años he participado activamente en actividades culturales y eclesiales ligadas a ella; el coro parroquial, la coral, el rancho chico de navidad donde comencé desde los 16 años, los playbacks de San Rafael y del Carmen, las Chicavillas y actualmente en la Agrupación Folclórica Guagime".

"Si cierro los ojos y dejo que mi mente pase por aquellos días de mi niñez, creo que puedo escuchar como las banderitas de papel que adornaban las calles cuando llegaba el mes de julio, me avisaban de que llegaban las fiestas, las escucho en la plaza, avisando a los vecinos cada mañana, en cada calle que se engalanaba para recibir y celebrar a nuestra Virgen del Carmen. Recuerdo el olor a la pólvora en las calles después de la diana floreada, el olor al puchero saliendo de las casas, humildes y no tan humildes, los sonidos y olores que se han quedado en mi memoria para siempre y que evoco con nostalgia cuando se acercan estas fechas".

La pregonera también contó otras muchas anécdotas y además, como a ella le gusta mucho cantar, finalizó su pregón cantando una folias.

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