"Bajábamos de Playa Quemada mi marido y mis dos hijos de 3 meses y 2 años en mi vehículo. Conducía por la bajada de Tías. Al llegar a la última curva después de la gasolinera me incorporé al carril izquierdo, ya que en breve el derecho se desviaba para Puerto del Carmen y mi destino era Playa Honda.
Fue entonces cuando un coche que venía a gran velocidad se me puso en el culo del coche a una distancia no permitida. El individuo comenzó a picar las luces y a pitar con la intención de que me cambiase de carril para él coger más velocidad.
En ese momento pensé que era el coche de turno que se pone a intimidar para que cojas miedo y te apartes. Pero en ese momento me fue imposible apartarme, ya que si no me desviaba a Puerto del Carmen, no me daría tiempo a incorporarme de nuevo. El coche insistía, seguía pitando, picando luces, deslumbrándome y dando acelerones no respetando la distancia de seguridad que oímos tanto en los medios de comunicación.
Me empecé a asustar, era de noche, en la carretera no había visibilidad y estaba acompañada de mis dos hijos. En el momento que pude me incorporé al carril de la derecha de la autovía.
El vehículo se me puso en paralelo haciendo rodar más a la derecha. Cada vez estaba más asustada. El conductor encendió la luz y sacó algo negro que me enseñaba por la ventana. No pude mirar bien que era, pues a esa velocidad y en ese estado lo único que podía hacer era concentrarme lo más posible para controlar el coche.
Entrando a Playa Honda nos dimos cuenta de que el vehículo nos seguía. Unos metros más adelante había un vehículo de la Guardia Civil. Intenté acercarme a él lo antes posible para que detuviesen a ese vehículo que me estaba intimidando.
Llegué a pensar que era un delincuente que iba a por mí, por el mero hecho de no dejarlo pasar en Tías. Paramos detrás de la Guardia Civil, que se fue sin darse cuenta de que le llamábamos y fue entonces cuando mi marido decidió bajarse con todo el valor para enfrentarse a aquel señor.
Aquí llegó lo mejor. Cuando el señor se baja y nos enseña la placa de policía de paisano, que iba con bermudas, cholas, y sin acompañante en el vehículo, es decir, que no estaba de servicio. Me hizo parar en la rotonda de Playa Honda y me pidió la documentación.
El señor llamó a una guardia, que después de media hora llegó (a todo esto con los dos niños en el coche, a las nueve de la noche) y nos puso una multa por obstaculizar la vía izquierda estando la derecha libre. ¿Qué opináis de todo esto? No veo justa por ningún motivo la multa, y seguramente los puntos que corresponden. ¿No es la Guardia Civil, la responsable de poner orden o seguridad en las carreteras?
En ningún momento el vehículo puso sirena para yo poder darme cuenta de que el vehículo necesitaba adelantar por estar en servicio. Además, no estaba de servicio, ya que se detuvo dos horas con nosotros, no estaba uniformado e iba sólo en el vehículo.
Ni si quiera tenía el tablón de multas. Faltó muy poco para poder tener un accidente. ¿Hasta qué punto tiene autoridad un Guardia Civil en la carretera?, ¿quién controla que ellos cumplan la normativa? Sin estar de servicio urgente, ¿por qué tenía tanta prisa para adelantarme cuando yo iba al máximo de velocidad permitido?
He ido a coger el coche para llevar a mi hijo a la guardería, y estaba asustada, constantemente mirando para los lados. Me volvía de nuevo la sensación de miedo que tuve esa noche, como si me volviera a pasar.
Hemos ido al Juzgado de Guardia para denunciar al Guardia Civil. Ojalá que todo termine bien. Es injusto que ciertas personas ensucien la profesión, y pongan en peligro a una familia, que lo único que hacían es ir a casa.
Deberían ocupar su tiempo en coger a esa gente de verdad que no cumple la normativa, y no hacer abuso de poder con gente que si que las cumplen".