La historia de Lanzarote a través de sus castillos

La isla alberga cuatro fortalezas que vale la pena conocer. Su pasado es común, para la defensa frente a corsarios y piratas, pero su evolución ha sido muy distinta

LVL

13 de septiembre de 2022 (09:35 CET)
Actualizado el 13 de septiembre de 2022 (09:37 CET)
Una pareja toma fotos en el castillo de San José. Fotos de José Luis Carrasco.
Una pareja toma fotos en el castillo de San José. Fotos de José Luis Carrasco.

Hubo un tiempo de piratas y corsarios en Lanzarote. Un tiempo de defenderse del enemigo que llegaba por mar. Un tiempo de construir castillos y fortalezas para proteger la isla. Hoy, esas edificaciones se conservan como huellas de aquel pasado.

Para conocerlo, para acercarse a la historia de Lanzarote, no hay mejor manera que visitar sus castillos. Todos tuvieron un origen común, pero una evolución distinta. ¿Has soñado alguna vez con comer en un castillo?

 

El Castillo de San José

Fue construido entre los años 1776 y 1779 por mandato del rey Carlos III, con el objetivo de proteger el puerto de Arrecife y de dar trabajo a los habitantes de Lanzarote, que sufrían una etapa de penurias. Las erupciones de Timanfaya habían obligado abandonar sus pueblos a muchos lanzaroteños, y la construcción de esta fortaleza sirvió para emplear a buena parte de la población, por lo que pasó a ser conocida como “la Fortaleza del Hambre”.

Dos siglos después, el artista César Manrique puso su vista en este castillo, impulsando las obras de remodelación y acondicionamiento del edificio. En 1976 abrió sus puertas como museo, con el fin de “promover, reunir y exponer las obras más significativas de la creación artística moderna”.

El Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC) sigue hoy cumpliendo ese fin, dentro de la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo. La estructura interna del edificio se mantuvo sin apenas modificación, con misteriosas salas y bóvedas de piedra y su puente levadizo de la entrada, pero también se realizó una construcción anexa donde se ubica un restaurante, con una inmensa cristalera mirando al mar a lo largo de toda su fachada.

Castillo de San José
Castillo de San José

 

Castillo de Guanapay

El Castillo de Guanapay, también conocido como Castillo de Santa Bárbara, es el más antiguo de Canarias, y se levanta sobre el cráter del volcán que lleva su nombre.

Su ubicación estratégica, junto a la Villa de Teguise, llevó a Sancho de Herrera a ordenar su construcción en el siglo XVI, para vigilar las costas a ambos lados de la isla. Después, en 1571, Gaspar de Salcedo añadió las dos torres que completan la planta romboidal de la fortaleza.

El castillo fue saqueado por los piratas, y Argote de Molina decidió reconstruirlo en 1589. Las obras de mejora continuaron después por orden del rey Felipe II, dando forma al estado actual que se conserva. Entre otras cosas, levantaron una nueva torre desde donde la vista llegaba hasta el mar.

El castillo también se utilizó como refugio para la población y como cárcel para los prisioneros, hasta que en el siglo XIX, con la desaparición de los ataques piratas, perdió su utilidad defensiva. Desde entonces fue palomar militar hasta 1899 y un siglo después Museo Etnográfico del Emigrante Canario. Actualmente alberga un Museo de la Piratería, aunque desde 2020 está cerrado por obras.

Castillo de Guanapay
Castillo de Guanapay

 

Castillo de San Gabriel

En pleno corazón de Arrecife, situado en uno de sus islotes, se encuentra este emblemático castillo, cuyo aspecto actual data del siglo XVIII. En su interior alberga el Museo de Historia de Arrecife, donde se conservan piezas de la antigua cultura de los aborígenes de Lanzarote, los majos, así como documentos y maquetas sobre la evolución de la capital.

Levantado también para defender la isla de los ataques piratas, hoy es una visita obligada en Arrecife; y también una de sus estampas más características, junto al puente de Las Bolas que da acceso a la fortaleza.

En 1586 fue quemado tras el ataque del pirata Morato Arráez, aunque posteriormente fue reconstruido por orden del rey Felipe II, introduciendo algunos de los cambios que se han conservado hasta el día de hoy. Uno de ellos, otro puente de acceso provisto de seis cañones.

Castillo de San Gabriel
Castillo de San Gabriel

 

Castillo de Las Coloradas

También conocido como Torre del Águila, el Castillo de las Coloradas es la única construcción defensiva que fue alzada en la zona sur de Lanzarote, y también uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar del archipiélago canario.

Construido en 1741 para defender la isla de los ataques corsarios que asolaban la zona, tuvo que ser reformado en 1769, cuando fue destruido por un incendio provocado por tropas argelinas.

El edificio es de forma circular y un puente levadizo cierra su acceso. En su interior, albergaba un dormitorio para la tropa, tres cuartos, un almacén para la pólvora, un calabozo y dos aljibes.

Esa parte actualmente no puede visitarse, aunque hay proyectos para abrirlo al público albergando un museo.

Castillo de las Coloradas
Castillo de las Coloradas
 

 

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