Presunta apropiación indebida

Sigfrid Soria
14 de mayo de 2015 (17:40 CET)

La bandera y el escudo de Canarias son la insignia y el campo que representan a todos los canarios. Son oficiales y están definidos por la Ley Orgánica 10/1982 del 10 de agosto sobre "Estatuto de Autonomía de Canarias": "La bandera de Canarias está formada por tres franjas iguales en sentido vertical, cuyos colores son, a partir del asta: blanco, azul y amarillo". En cuanto al escudo, "Canarias tiene escudo propio, cuya descripción es la siguiente: en campo de azur trae siete islas de plata bien ordenadas, dos, dos, dos y una esta última en punta. Como timbre una corona real de oro, surmontada de una cinta de plata con el lema «Océano» de sable y como soportes dos canes en su color encollarados". La bandera de Canarias con el escudo de Canarias insertado es para uso Institucional o de gala.

Siendo la bandera, por tanto, el símbolo oficial de todos, ¿qué ocurriría si el Partido Popular insertase su propio logo en banderas de Canarias y las enarbolara, a cientos, en farolas y rotondas? Lógicamente, algunos acudirían inmediatamente a la Junta Electoral, al Juzgado de Guardia, al Diputado del Común, a la prensa nacional e internacional, al Tribunal de Estrasburgo, a Greenpeace, a Human Rights Watch y hastala ONU. Denunciarían, y con razón, a los populares por apropiación indebida con fin propagandístico de algo que pertenece y representa a más de dos millones doscientas mil personas. ¡El PP haciendo uso político de un símbolo de Canarias!, ¡INTOLERABLE!

Sin embargo, ahora en campaña electoral basta con transitar por nuestras calles, carreteras y rotondas para comprobar la presencia de banderas de Canarias en las que Partidos nacionalistas han insertado sus logos, u otras figuras, produciéndome una inevitable sensación de estar siendo descaradamente estafado. 

Resulta muy curioso que nadie recapacite sobre esta cuestión, la cual se acepta con alta tolerancia, pues es algo que se repite comicio tras comicio sin que genere protesta. Personalmente, no sólo no lo asumo sino que cada vez me molesta y ofende más. Es preciso matizar que no habría problema alguno en que la bandera de Canarias, con el escudo insertado o sin él, fuera utilizada en período electoral por cualquier Partido político siempre y cuando no se alterara su diseño oficial y legal, es decir, no se insertasen logos ni elementos que la desvirtuaran. Ondeando al lado, insisto en lo de "al lado", de dichas banderas podría ondear la del Partido político que las usara. Una cosa es usar la bandera y otra, muy distinta, apropiársela.

Pero realmente, ¿qué hay detrás de esta intolerable presunta apropiación indebida? Tengamos claro que lo que hay detrás es el desprecio más absoluto del nacionalismo a todo aquel que no sea nacionalista. Los hechos que expongo esconden sectarismo y exclusión que, sin lugar a dudas, suelen ser la esencia de todo fundamentalismo. Por tanto, más respeto a lo que es de todos.

Sigfrid Soria del Castillo Olivares

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