La espeluznante foto de nuestros gobernantes

Es el momento de rasgarse las vestiduras. El Gobierno de Canarias lleva a votación los presupuestos para el próximo año, y Lanzarote vuelve a gritar ante una nueva marginación, que en este caso roza el escándalo. Gritan todos. Los ...

12 de noviembre de 2010 (12:27 CET)

Es el momento de rasgarse las vestiduras. El Gobierno de Canarias lleva a votación los presupuestos para el próximo año, y Lanzarote vuelve a gritar ante una nueva marginación, que en este caso roza el escándalo. Gritan todos. Los ...

Es el momento de rasgarse las vestiduras. El Gobierno de Canarias lleva a votación los presupuestos para el próximo año, y Lanzarote vuelve a gritar ante una nueva marginación, que en este caso roza el escándalo. Gritan todos. Los que están en la oposición, los compañeros de partido de los que gobiernan en Canarias, y los que hasta hace poco gobernaban, e incluso tenían en sus manos la Consejería de Economía y Hacienda. Pero mientras tanto, desde fuera, cuesta saber realmente por qué están gritando.

En crudo, las cifras son aplastantes. A Lanzarote se le han asignado tan sólo 36,4 millones de euros en inversiones, lo que significa menos de la mitad que el pasado año. Sin embargo, pese a la contundencia de los números, cuesta encontrar discursos medianamente coherentes y sólidos en los representantes insulares.

Ahora, el nuevo cliché de moda es hablar de la "foto" presupuestaria. Lo hizo el presidente de la máxima institución de la isla, Pedro San Ginés, afirmando que "la foto actual de los presupuestos es lamentable". También su grupo de gobierno en el Cabildo envió una nota de prensa, para denunciar el agravio comparativo con otras islas. Sin embargo, en ese comunicado, no había ni un solo dato de lo que reclaman. Ni una obra que se hayan molestado en solicitar y que no se haya incluido en las cuentas de Canarias. Ni una reivindicación concreta, más allá de la generalidad de que quieren más dinero.

Hace justo un año, cuando ya ocupaba la presidencia cabildicia, se podía leer un titular en la misma línea. "San Ginés cuestiona el presupuesto del Gobierno canario y espera que con las enmiendas mejore el trato a Lanzarote". En aquel momento, se consiguieron arañar unos millones más de última hora, que forman parte del tradicional pulso para que cada cual se ponga sus medallas y todos queden contentos, pero la pregunta inevitable es: ¿Qué demonios han hecho desde entonces en el Cabildo?

La falta de dinero ha sido la cantinela más escuchada en los últimos tiempos para justificar todo lo que no se hace en la isla. Sin embargo, cuando de verdad se están jugando los cuartos, que pueden dar un cambio importante al año que está a punto de comenzar, ¿a la primera institución de la isla vuelve a pillarle por sorpresa? ¿De qué demonios habló Pedro San Ginés la pasada semana con Paulino Rivero, que pasó dos días en Lanzarote? ¿Realmente sólo tuvo tiempo para trasladarle lo malos que son algunos de sus compañeros de partido y lo injusto que es el mundo con él, porque se atreve a criticar su gestión?

A juzgar por la nota de prensa que envió el Cabildo unas horas después de terminar el tour fotográfico que San Ginés realizó con el presidente del Gobierno de Canarias, parecería que sí. Porque después de compartir 'flashes' durante horas con Paulino Rivero, y justo después de despedirse, a San Ginés no se le ocurrió mejor cosa que comunicar a los medios que el grupo de gobierno ha solicitado una reunión "urgente" con Paulino Rivero. ¿Y luego nos preguntamos por qué La Palma siempre recibe infinitamente más dinero que Lanzarote, pese a tener la mitad de población?

Probablemente, si nuestros gobernantes dedicaran a esta isla sólo una décima parte del tiempo que ocupan en maquinaciones internas, en estrategias para conservar el sillón y en guerras políticas, a estas alturas estaríamos nadando en la abundancia.

Sin embargo, al escuchar y leer sus declaraciones, da la sensación de que apenas saben lo que son unos presupuestos. Y algunos se creen que basta con decir "quiero más dinero", como un niño que pide la paga, en lugar de presentar proyectos, números y necesidades concretas. Y es que para eso, hay que trabajar.

La promesa ahora es que se van a modificar las cuentas y que Lanzarote recibirá más de lo que aparece en la "foto" inicial. En definitiva, lo de siempre. Pero la realidad, la cruda realidad, es que da exactamente igual. Porque nos toman el pelo al realizar los presupuestos, porque saben que les vamos a dejar hacerlo, pero sobre todo al ejecutarlos. ¿O acaso algún representante público se ha preocupado de explicar cuánto dinero del presupuestado para este 2010 que está a punto de terminar, se ha llegado realmente a invertir en la isla?

Sólo un ejemplo. Para la circunvalación de Arrecife, había presupuestados unos 20 millones de euros para 2010, y todavía ni se ha adjudicado la obra. ¿Qué ha pasado con ese dinero que se supone que nos correspondía? ¿Y qué ha sucedido con los casi 4 millones de euros para la planta de desalación Lanzarote V, que se lleva presupuestando desde hace años con cifras millonarias que no se ejecutan? ¿Alguien la ha visto? ¿O alguien ha visto las viviendas de promoción pública, en las que se debían haber invertido más de cuatro millones de euros en 2010, y más de tres millones en 2009?

Definitivamente, los presupuestos no son una foto, sino un auténtico dibujo, o un espejismo. Pero parece que a los representantes públicos de esta isla les basta con eso. Con la instantánea que aparece en la prensa y muestra lo bien que se llevan con el presidente, y con unas cuentas ficticias en las que sistemáticamente, se ponen partidas millonarias para obras que todos saben que no se van a ejecutar, bien por falta de consenso en Lanzarote o, simplemente, porque nadie se va a molestar en exigir que se lleven a cabo.

En unas semanas, más de uno volverá a sacar pecho asegurando que ha conseguido unos duros para tal o cual proyecto. Para decir que han mejorado la "foto". Pero de nada sirve eso si, después, como ha sucedido hace muy poco, pierden hasta partidas que tienen asignadas porque el consejero de turno del Cabildo, en este caso Fabián Martín, no realizó los trámites pertinentes para que el Gobierno aportara el dinero que iba a destinar al paseo de cruceristas. Pero total, sólo era un millón de euros que, desde luego, no saldrá del bolsillo de ninguno de los cargos públicos, sino de otras necesidades reales de la población de esta isla. Y al parecer ésas, cuanto más lejos de la foto, mejor.

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