Juez, cariño, tómate un café y piénsalo otra vez

7 de marzo de 2025 (16:13 WET)
Actualizado el 7 de marzo de 2025 (16:13 WET)

Mira, no sé qué está pasando en este país, pero de verdad, ¿me lo puedes explicar? Porque a lo mejor yo estoy loco y no me he dado cuenta. Resulta que ahora un juez ha decidido comparar una broma de Héctor de Miguel sobre el Valle de los Caídos con volar la Plaza Pedro Zerolo. Sí, sí, como lo oyes. Y yo me pregunto: ¿pero estamos bien? Vamos a ver, alma de cántaro, ¿de verdad crees que es lo mismo hacer un chiste sobre un monumento franquista que hablar de dinamitar un espacio que representa la lucha por los derechos LGTBI? Es que, cariño, hay que tener un máster en demagogia para llegar a esa conclusión.

El humor no mata, la intolerancia sí

Porque te recuerdo, señor juez, que la sátira existe desde que el mundo es mundo. Que si hubiésemos tenido jueces como tú hace siglos, Aristófanes habría acabado en el calabozo por hacer chistes sobre la política de Atenas. Que el humor es una herramienta de crítica, de reflexión, de rebeldía. Y sí, a veces puede ser incómodo. Pero ¿sabes lo que no es el humor? Una amenaza real.

Ahora bien, si de violencia y amenazas quieres hablar, te paso una lista de discursos de odio, agresiones homófobas y exaltaciones de la dictadura que sí ocurren cada día en este país y que, curiosamente, no parecen indignar tanto a la justicia. Pero claro, hacer chistes parece más peligroso que levantar el brazo y cantar el 'Cara al sol'.

La hipocresía, a capítulo aparte

Aquí lo preocupante no es solo que se persiga el humor, sino el doble rasero que llevamos viendo desde hace tiempo. Porque si mañana alguien hace una gracia sobre Lorca, sobre Zerolo o sobre las víctimas del franquismo, entonces es "libertad de expresión". Pero si el chiste es sobre el Valle de los Caídos, ahí sí que nos ponemos estrictos. Mira, no. Esto no va de justicia, va de censura selectiva.

Juez, cariño, relájate un poco

Así que, señor juez, le voy a pedir un favor: tómese un café, respire hondo y vuelva a pensarlo. Porque si empezamos a judicializar el humor, mal vamos. Y porque comparar un chiste con una amenaza de terrorismo es una barbaridad. De verdad, basta ya de estas tonterías. Y sobre todo, basta ya de intentar callarnos. Que nos conocemos.

LO MAS LEÍDO