La democracia ni se blanquea, ni se pisotea

29 de septiembre de 2023 (17:37 CET)

Asistimos estos días a lo que es, a mi juicio, una de las jornadas más bonitas de la democracia: el debate de investidura. Porque es la culminación a un proceso largo pero democrático, en el que todos los españoles estaban llamados a las urnas para elegir quién será el próximo presidente del Gobierno.

Y los españoles decidieron, y decidieron solo había un ganador de las elecciones: el Partido Popular. Y nuestro líder, Alberto Núñez Feijoó, ha demostrado que no solo ha tomado las riendas de tratar de encontrar una mayoría para gobernar, tal y como le encomendó su majestad el Rey de España; sino que demostró que este partido no va aceptar chantajes de la izquierda radical, de los independentistas catalanes o de los amigos de los etarras. Porque no, no todo vale para gobernar.

Y es cierto que los números no le dan a nuestro líder para ser investido presidente, pero no los ha conseguido precisamente por ser leal, leal a España y leal a los que quieren un país de convivencia, y no de crispación.

Hemos visto como en el otro bando, el del PSOE, ahí sí vale todo para seguir en Moncloa. Lo vimos primero con la ocurrencia y el disparate de poder utilizar las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, y ahora tenemos que ver cómo hay que utilizar pinganillos para entender un discurso en el templo de la palabra de España. Un auténtico dislate.

Pero todo vale, y el PSOE se abandera de la democracia y de la “lealtad” cuando ellos mismos han ido pegando bandazos en sus iniciativas. Porque esta ocurrencia de poder hablar gallego, catalán o euskera no es nueva, y es que en 2022 se llevó una iniciativa para la modificación del reglamento de la cámara. ¿El voto del PSOE? Sorpresa: en contra.

Porque aunque lo siguen intentando, ya no engañan a nadie. Aunque pretendan ustedes disfrazar la verdad como un "cambio de opinión", los indultos como "concordia" y, ahora, la amnistía como "normalización".

El objetivo de la reforma que plantea el PSOE no es defender la lengua propia, sino negar la existencia de la lengua común. Y lo hacen, repito, porque forma parte de las exigencias de los independentistas a Pedro Sánchez.

Curioso es, cuanto menos, que quienes niegan la pluralidad lingüística en su tierra, pretendan dar lecciones al resto del plurilingüismo.

¿Cuál será la siguiente ocurrencia del PSOE? ¿Que apoyemos reconocer la deuda del Estado con Cataluña además de 450.000 millones de euros que ha exigido Puigdemont?

La política de ocurrencias del PSOE no es lo que este país necesita. Un gobierno que estará supeditado a las directrices y a los mandos de personas que quieren muy poco a este país.

Yo recomiendo a los dirigentes socialistas, que pretenden gobernar a cualquier precio y pese a todo, que lean. Que lean a quienes fueron referentes en el socialismo del país.

Señores socialistas, lean más a Alfonso Guerra y a Felipe González. Demócratas de verdad, porque esta democracia, nuestra democracia, ni se blanquea, ni se pisotea. 

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