Los cruceros son cosa de Arrecife

Oswaldo Betancort
29 de junio de 2021 (15:26 CET)

Los cruceros turísticos son una oportunidad para Lanzarote, al igual que Lanzarote es una oportunidad para el desarrollo de esta oferta turística en el Archipiélago.
Las características de nuestra isla, desde sus dimensiones a las excursiones que ofrece, junto con su singularidad paisajística y su variada oferta complementaria, la convierten en un lugar especialmente atractivo para los miles de turistas que prefieren acercarse a nuestras islas desde el mar, donde disfrutan de los servicios de estas embarcaciones de lujo que los llevan de un puerto a otro entre visitas programadas a los territorios en los que atracan.
La experiencia vivida antes de la pandemia nos habla muy bien del interés creciente que despierta Lanzarote en esos visitantes y del impacto positivo en la isla y su economía. Ahora nos toca garantizar que ese flujo se intensifique y lo haga con todas las garantías.
Nadie duda, yo menos, que el sitio ideal para que se asiente este tipo de turismo es Arrecife, la capital de la isla, donde actúa como una oportunidad para reactivar su economía, maltrecha en estos años de transformaciones importantes del comercio tradicional.
Los turistas de cruceros en Arrecife ofrecen la posibilidad deseada para poder revitalizar la capital y ponerla al nivel que se merece. Eso está fuera de toda discusión, los cruceros en Lanzarote entran por Arrecife e irrigan la capital y el resto de la isla con sus visitantes.
Pero si eso es así, no es menos cierto que no se puede prescindir de la calificación de un puerto como el de Playa Blanca para esta actividad.
¿Para sustituir a Arrecife? Por supuesto que no. ¿Para competir con Arrecife? Por supuesto que no. ¿Entonces para qué? Sencillamente para fortalecer la oferta de cruceros de Arrecife, como referencia de esta actividad en la isla Lanzarote.
Playa Blanca no necesita de los cruceros para consolidarse como una de las principales zonas turísticas, alojando en su territorio a miles de turistas que apenas se despegan de su jurisdicción en su estancia. Pero Arrecife sí necesita que el reclamo de Lanzarote en el mundo de los cruceros sea un destino no solo consolidado sino también seguro y garantizado.
Si por las condiciones que sean, un crucero no puede atracar en Arrecife, el hecho de que pueda hacerlo en Playa Blanca salva todas las reservas de servicios hechas en la isla y no frustra a los viajeros que venían con la ilusión de desembarcar y disfrutar de su estancia en la misma.
No se trata de desplazar, ni de competir. Todo lo contrario. Se trata de garantizar y fortalecer el destino. La idea sigue siendo la misma: todo crucero que quiera venir a Lanzarote y pueda hacerlo por Arrecife, que lo haga por ahí de forma preferente. ¿Pero qué hacemos con los que no pueden entrar en Arrecife, por la razón que sea? ¿Los mandamos a otra isla, a otro país, anulando sus reservas y sus gastos en Lanzarote? Sinceramente, en esos casos, prefiero que el puerto de Playa Blanca esté habilitado para cruceros, salvando todas esas reservas y dándoles a los turistas la posibilidad de disfrutar de sus vacaciones tal como las tenían pensadas.
Creo que será mejor para Lanzarote, para Arrecife, y para todos, que el turista cuando llega a su país pueda contarles maravillas de Lanzarote a sus familiares y amigos y no que vuelvan frustrados diciéndoles que no pudieron visitar Lanzarote por una u otra cuestión.
De eso se trata mi propuesta, de poner todas nuestras infraestructuras insulares al servicio de nuestros objetivos, y da igual que esté en Playa Blanca, ya que será muy útil para robustecer Arrecife como la puerta de entrada de cruceros al destino de Lanzarote.
 

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