Pobre Jesús Machín. Vaya escarnio le están haciendo al pobre hombre por nada. No es justo. Total, por subirse el sueldo en tiempos de crisis. Si Gabriel García Márquez dejó que se amara en tiempos de cólera, por qué no ...
Pobre Jesús Machín. Vaya escarnio le están haciendo al pobre hombre por nada. No es justo. Total, por subirse el sueldo en tiempos de crisis. Si Gabriel García Márquez dejó que se amara en tiempos de cólera, por qué no levantar la cólera en los días que corren.
Ha quitado hasta las dietas. Ya nadie come melocotones en su partido, todos lapas con mojo verde, como los cánones mandan. Lanzarote es que tiene muy mala sangre y no entiende de política. Un alcalde ha de cobrar más que los demás no por ellos mismos, sino por las apariencias.
Nos ponemos a recortar y no hay criterio. Imagínense que un día los sueldos se equiparan y todos cobramos igual, ¡eso no puede ser! Es como vestir a Camps de Zara: intolerable. Siempre por encima, que para eso están las clases.
Y le han tenido que insistir, estoy seguro. "Venga, Jesús, súbete unos cuantos de cientos de euros al mes, que luego la gente lo comenta todo y van a pensar que no te dedicas al pueblo como debes". Y él que no, que es honrado y la sencillez lo primero. Pero se han puesto de un pesado sus compañeros... Al final le han obligado. Pero él no quería. Abusones.
Ahora le ves taciturno montarse en la guagua, viendo como engorda su cuenta de ahorros, a costa de los impuestos de aquellos que apenas llegan a fin de mes. Y todavía dicen que la tortura no existe. Guantánamo está en Tinajo y su alcalde va de naranja, encadenado a su incremento salarial, musitando por los pasillos del ayuntamiento pensando en los angelitos negros del que tocaba las maracas. Pero él no quería. Lo ha dicho en la radio. Por si no se lo creían, para acallar la mala bilis de los que le apuntan con el dedo en la isla.
Vivimos tiempos injustos, donde lapidamos a los que lapidan el dinero
público. Para un altruista que quedaba y nos lo vamos a cargar. Me deprime todo esto. Mejor me voy a La Ola y me tomo algo, que aunque a mí no me sube el sueldo nadie, por lo menos el buen ambiente no me lo pueden quitar, le pese a quien le pese.
