Carta abierta del concejal Carlos Alférez a los vecinos de Titerroy y de Arrecife

8 de octubre de 2022 (15:32 CET)

En primer lugar, tengo que recordar que esta es mi primera legislatura como concejal electo del municipio, y ejerzo el honor de representar a los ciudadanos de Arrecife, por lo que no hablaré del pasado ya que no aporta solución alguna, lo que importa es el aquí y ahora. Como servidores públicos y conocedores de las diferentes necesidades los ediles de las diferentes fuerzas políticas entramos en el Ayuntamiento sabiendo, desde el primer día, que en la agenda estaban “las viviendas de Titerroy”. Y, sinceramente, en esta legislatura ha habido tiempo más que suficiente para resolver un problema, que, aunque es inasumible para la economía de la mayoría de las familias de Arrecife, y en concreto para estos vecinos, ya que hablamos de 350 mil euros aproximadamente. Este dinero parece no ser una cantidad importante para el grupo de gobierno capitalino.

En la cesión plenaria del pasado viernes 30 de septiembre, mi voto fue en contra de la comisión de trabajo que el pleno del consistorio aprobó, para la tramitación de la restauración de las viviendas de Titerroy. Hoy he decidido escribir unas líneas explicando porqué, para que no quede ninguna duda de la voluntad que ha guiado el sentido de mi voto, y el deseo de que todo se resuelva en favor de unos vecinos que, desde luego, no se merecen el suplicio por el que están pasando.

Por este motivo quiero decir que me parece una falta de respeto que después de casi tres años y medio de mandato, y cuando quedan a menos de 8 meses de legislatura, la gran idea del grupo de gobierno encabezado por su alcaldesa sea la de crear una comisión de trabajo, con el resto de las fuerzas políticas. Ya hemos visto lo que ha sucedido con la comisión del Ginory que se aprobó con bombo y platillo y a fecha de hoy ni está ni se le espera.

Creo sinceramente que esta comisión fue creada más para “tranquilizar”, a los vecinos y para apartar el problema un tiempo que para resolver ¿De verdad, creemos que si este grupo de gobierno hubiera convocado a los concejales en la búsqueda de soluciones de los desalojados de Titerroy, alguien se hubiera negado?

La tristeza que me da es ver que otros expedientes menos importantes han llamado la atención de la alcaldesa y sus asesores para sacar medidas extraordinarias y resolverlos in extremis.

Por eso estoy seguro que la creación de la comisión de trabajo, mientras se pone el retrovisor en el pasado ha logrado un objetivo político, pero en ningún caso ha logrado un beneficio para los vecinos que sufren su desalojo desde hace más de una década.

No quiero decir que este tipo de expedientes sean sencillos, pero sí que creo que se ha tenido tiempo suficiente para resolverlo favorablemente, si hubiera estado en la agenda de urgencia de la alcaldesa de Arrecife como otros que, siendo menos sangrantes, lo han estado.

Por eso voté, que no, a la comisión: Casi cuatro años después de entrar a gobernar esta ciudad, este pleno tendría que haber tenido una solución que resolviera el problema de las familias, no un calendario de “ahora empezamos a trabajar”, y más sabiendo para qué han valido estas comisiones hasta la fecha.

Mi deber como concejal es votar a favor de los asuntos que aporten soluciones a las diferentes necesidades, pero no de maquillaje político. Si se hubiera traído una solución, mi voto hubiese sido a favor, si se traen excusas y coartadas para justificar la falta de acción y trabajo, mi voto tiene que ser en contra.

Espero que esta situación se resuelva y, sinceramente, creo que debe de hacerse porque es de justicia. Nadie promete a los ciudadanos con problemas crear comisiones, la gente quiere soluciones.

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