Las personas que tienen que costear un alquiler a precio de mercado tienen más riesgo de sufrir exclusión social o pobreza que aquellos que tienen una vivienda en propiedad en Canarias. Así se desprende de los datos del informe de El Estado de la Pobreza 2025, elaborado por la Plataforma Europea de Entidades Sociales.
Según la tenencia de vivienda, dos de cada diez personas con una casa propia están en riesgo de pobreza o exclusión social, según el Índice Arope (el acrónimo de At Risk Of-Poverty and/or Exclusion en inglés). Mientras tanto, casi cinco de cada diez personas que arrendan una vivienda a precio de mercado están en riesgo de pobreza o exclusión.
En esta línea, casi cuatro de cada diez inquilinos se encuentran ya en situación de pobreza, según los datos de 2024. A pesar del encarecimiento de los precios del alquiler, el riesgo de exclusión social entre los inquilinos ha descendido en cuatro puntos en un año. Mientras tanto, la de los propietarios ha caído 3,9 puntos.
La vivienda no es el único parámetro que influye en los niveles de pobreza de la población canaria, pero sí uno de los más importantes. También influye si tienen menores a su cargo, si viven en una zona rural, están desempleados o padecen alguna discapacidad.
Los desempleados mayor tasa de exclusión
El mayor condicionante es su situación laboral. El riesgo de inclusión social alcanza a seis de cada diez personas desempleadas (un 60.8%) y este solo se reduce en el caso de las personas con empleo (18,8%) o jubiladas (25,8%).
En las familias con menores económicamente dependientes se dan mayores índices de riesgo de exclusión social y pobreza. Aquellos hogares que tienen niños o adolescentes a su cargo registran un 32,4% de personas en riesgo, mientras que quienes no lo tienen, un 29,9%, casi tres puntos de diferencia.
También influye el índice de discapacidad, ya que un 42,3% de las personas mayores de 16 años con discapacidad se encuentran en exclusión social. Frente a ello, el 26,1% de las personas sin discapacidad padecen riesgo de pobreza.
