La patronal de empresarios turísticos ASOLAN presentó este jueves un innovador plan para la integración de los inmigrantes en el sector hostelero de la Isla, que da empleo a la mayoría de la población laboral residente en Lanzarote. Dicho Plan se ha elaborado como resultado de un escrupuloso estudio llevado a cabo por la patronal para conocer las características, virtudes y debilidades del mercado laboral vinculado al turismo.
Como explicó este viernes en declaraciones a LA VOZ la portavoz de Asolan, Rita Martín, al hablar de inmigrantes los empresarios no se refieren exclusivamente a los extranjeros, sino también a los trabajadores que provienen de otras islas y de la Península.
Concretamente, el Plan consiste en elaborar "unos itinerarios de formación" dentro de los diversos sectores de la hostelería, tales como sala, cocina, recepción, limpieza, jardinería y mantenimiento.
La idea de Asolan es que los empleados reciban la formación sin abandonar sus puestos de trabajo y en horario laboral. Además, "sería conveniente que ejerzan de profesores las personas que trabajan en el sector", puntualizó Martín.
La pretensión de la patronal es extender el proyecto a las demás islas del Archipiélago, debido a que aunque se elaboró a propuesta de la patronal conejera , está cofinanciado por el Fondo Canario de Empleo y por el Fondo Social Europeo.
Por otra parte, los trabajadores cualificados en el sector recibirán una formación continua en el marco de la iniciativa.
La inmigración saca adelante el turismo
Una de las conclusiones más sorprendentes del informe en el que se basa el Plan demuestra que los lanzaroteños de origen apenas representan una ínfima parte de los trabajadores de la hostelería. Seguramente la proporción de conejeros no llegará ni al cinco por ciento del total de los empleados del sector. Así lo confirmó Rita Martín. "La gente de Lanzarote no quiere trabajar en la hostelería, sobre todo por el tema de los horarios, fines de semana, turnos partidos".
Otra de las conclusiones del documento presentado este jueves señala que entre los empleados de la hostelería hay "problemas con el conocimiento de idioma que antes no teníamos". Y así, "tenemos que dar clases de castellano" a parte de la población activa proveniente de otros países.
