En las Islas Canarias se observa una reducción en el índice de robos y pérdidas de tarjetas de dos puntos con respecto a años anteriores, quedándose en la actualidad con un 2,8 por ciento del total, lo que sitúa a la comunidad canaria en la octava posición del ranking nacional. Esta reducción del porcentaje de casos denota una tendencia a la baja que está llevando a la Islas a convertirse en uno de los lugares con menos incidentes de tarjetas de toda España.
En la actualidad, el dinero de plástico es uno de los medios de pago más utilizados por parte de los ciudadanos y ya son más de 100 millones las tarjetas que existen en circulación en España, de los cuales 76 millones corresponden a tarjetas bancarias.
Dentro de la Comunidad, Las Palmas se constituye como la provincia canaria con más robos y pérdidas al hacerse con un 56,8 por ciento de los casos registrados, seguida por Santa Cruz de Tenerife que registra un 43,2 por ciento, según los datos aportados por un estudio realizado por la compañía CPP Protección y Servicios de Asistencia.
Con respecto a los ciudadanos canarios, el informe pone de manifiesto el alto índice de siniestros que presentan los hombres, ya que son los protagonistas en el 65 por ciento de los incidentes con tarjetas, frente al 35 por ciento de las mujeres.
En relación a las causas, las pérdidas (62 por ciento) se constituyen como el principal motivo para la desaparición de las tarjetas de los bolsos y las carteras de los canarios. Los casos de robo (38 por ciento) son, sin embargo, cada vez menos frecuentes.
En cuanto a los robos, los datos recogidos presentan un mayor número de hurtos de carteras (53 por ciento) que de bolsos (47 por ciento), por lo que parecen ser el principal objetivo de los amantes de lo ajeno. En cuanto a las pérdidas, las carteras vuelven a situarse por encima de los bolsos, por lo que podemos decir que en ambos casos son las carteras y no los bolsos el complemento que se pierde de los canarios pierden de vista con mayor frecuencia.
Incidentes
Basta con que nos roben las tarjetas, o que perdamos de vista un segundo la cartera, para que alguien pueda conseguir los datos de nuestro DNI, información más que suficiente para poder llevar a cabo un robo de identidad, que consiste en el uso de nuestro nombre y de nuestros datos personales, sin que demos consentimiento ni seamos conscientes de ello.
Otras vías para la obtención de datos que puedan acarrear un robo de identidad consisten en fraudes online, cada vez más extendidos, como el pharming o el phishing, con los que los cibercacos obtienen los datos que necesitan de su víctima. Los estafadores suelen utilizar las identidades robadas para obtener créditos, robar el dinero de la víctima de su cuenta bancaria, solicitar el alquiler de un vehículo o de una vivienda, dar de alta un contrato de telefonía móvil, desviar multas de tráfico y hasta casarse, por lo que las víctimas pueden perder su dinero, verse involucradas en juicios por delitos que no han cometido y ver perjudicada su imagen y reputación, entre otras muchas cosas.
Para evitar el hurto o la pérdida de las tarjetas se aconseja seguir recomendaciones como asegurarse de la devolución de la tarjeta después de realizar un pago, tener siempre cerca los objetos personales en medios de trasporte, utilizar un monedero cinturón o bolso tipo bandolera o no dejar bolsos y carteras a la vista (en la barra de un bar, en una mesa, en la playa).
Asimismo revisar los cajeros y prestar atención a la gente que merodea alrededor de ellos, avisar al banco de que usarás la tarjeta fuera de tu ciudad habitual, guardar los números de emergencia para bloquear la tarjeta en caso de robo o pérdida y verificar los comprobantes del banco al llegar a casa.
ACN Press
