Dos horas en el interior del Hospital Molina Orosa: así se lucha en la isla contra el coronavirus

Un equipo periodístico ha realizado una visita guiada para conocer de primera mano cómo está la situación en el centro y para hablar con los profesionales que se enfrentan a esta enfermedad

7 de abril de 2020 (21:36 CET)

Un equipo periodístico formado por un redactor, un cámara de televisión y un fotógrafo han podido acceder este martes al Hospital Molina Orosa, para reflejar la situación real que se está viviendo dentro de este centro sanitario. La visita, de más de dos horas, ha estado guiada por el gerente del Hospital, José Luis Aparicio, y la directora del Área de Salud, Noelia Umpiérrez, y el material ha sido compartido con todos los medios de comunicación de la isla, que previamente designaron a las tres personas que accederían a las instalaciones para realizar esta crónica y para captar las imágenes.

Así, el equipo ha recorrido la carpa de triaje que se ha instalado a la entrada de urgencias, la zona de urgencias, la zona de atención primaria, el laboratorio y las tres zonas dedicadas al coronavirus, es decir, la zona de sospechosos, la UCI y la planta que se destinará a hemodinámica pero que aún no se ha inaugurado, y que se ha adaptado como zona de cuidados intensivos  por si aumentan los casos de Covid 19. 

Lo primero que llama la atención es que la gran mayoría del personal sanitario no usa mascarilla ni guantes en las zonas consideradas "limpias", donde no hay personas infectadas con coronavirus. Natalia Monzón Hernández, directora de Enfermería del Hospital, explica que se llevan a cabo las medidas que recomienda el Ministerio de Sanidad y que sí se usan los equipos de protección "de forma racional" y en aquellos lugares donde son útiles. El gerente señala que de 2.500 trabajadores en el área de salud solo hay tres positivos y que no se infectaron en el hospital. "Seguimos las recomendaciones del Ministerio y en principio parece que están funcionando", afirma.

 

"Zona de riesgo Covid 19"


En la entrada a la nueva zona adaptada como UCI para coronavirus, una pegatina en la puerta avisa: "Zona de riesgo Covid 19". En esta planta se han reconvertido quirófanos en estancias de cuidados intensivos "en dos tardes". Se han copiado de forma exacta, hasta el mobiliario, y los monitores para controlar a los pacientes se han dejado fuera. La planta, de momento, está vacía, porque aún hay más camas de UCI que pacientes graves.

Visita al Hospital Molina Orosa

En las puertas hay carteles con la palabra "limpio", que significa que las estancias están preparadas para ser ocupadas. También hay otros carteles en las paredes: "Volveremos a abrazarnos", "La unión hace la fuerza", "Todo va a salir bien", "Mucho ánimo, estamos unidos". La supervisora Lourdes Betancort explica que se han reorganizado los turnos para que no haya muchos trabajadores al mismo tiempo.

Hay cinco equipos de ocho personas, entre auxiliares y enfermeras. Sanae El Hadi, supervisora de quirófano, explica que han dividido el servicio en dos, la mitad para quirófanos y la mitad para Covid, además de un quirófano previsto por si hay que operar a un paciente con Covid. Dice que están "bien abastecidos" de material y que la adaptación de quirófano a UCI ha sido muy rápida. 

 

Dos ingresos en la zona de "sospechosos"


En la zona de sospechosos (o Covid 2), contigua a la anterior, se atiende a personas con síntomas hasta que se sabe con certeza si son o no son positivos, en un plazo de unas 24 horas. Este martes solo hay dos personas ingresadas. Una limpiadora, que sí lleva guantes y mascarilla, está desinfectando las paredes.

Manuel García, jefe del servicio de neumología, explica que a los pacientes se les trata como si fuera positivos. Considera que el confinamiento está funcionando y que probablemente hay menos casos en Canarias porque el virus llegó más tarde a las islas y se tomaron estas medidas pronto, "aunque hay que tomar esto con precaución", advierte. "Habrá que estudiarlo más adelante". En el Hospital ya se han dado nueve altas hospitalarias (la mayoría de ellas para continuar la recuperación en casa) y la media de estancia no llega a una semana. 

La reorganización del hospital afecta a todos los pacientes porque ninguno puede recibir visitas "y eso les afecta". Hay excepciones, como los niños ingresados o los padres que pueden entrar al parto. Monzón señala que van a empezar a tomar medidas de "humanización y comunicación", mediante tablets, videollamadas y equipos de apoyo para familias.

 

Los familiares les hacen llegar mensajes por Whatsapp


En la UCI, la supervisora Paloma González dice que "como la situación es tan dura, al estar separados tenemos que apostar por humanizar". Para paliar esta situación, los familiares envían por Whatsapp mensajes y con auriculares y por bluetooth se los hacen llegar a los enfermos. Los pacientes con respiración artificial están sedados. "No sabemos si los escuchan o no, pero es un consuelo para ellos y para sus familias", asegura. 

González dice que la recuperación es lenta y que en ese sentido se parece "a cualquier distrés respiratorio de carácter severo". Natalia Monzón destaca que es una infección que no se conoce: "Todos estamos aprendiendo, todo es nuevo e inesperado y la recuperación es muy lenta, se pasa mal", dice. Ambas aseguran que están en contacto con profesionales de otros hospitales y que la situación en Lanzarote está mejor, porque "afortunadamente" no hay tantos casos. 

Durante la visita, los responsables de cada área insisten en una idea: "No nos olvidamos del resto de pacientes con otras patologías". Y también en otra: "El hospital sigue funcionando". "No todo es coronavirus". Ha descendido el número de urgencias, sobre todo de traumatología, y la mayoría de consultas externas se hacen por teléfono, pero se siguen dando algunas citas y se siguen haciendo operaciones oncológicas, cesáreas, operaciones de apéndice o lamparoscopias. 

 

"Esto nos ha unido más"


En cuanto a cómo están viviendo esta situación, Monzón y El Hadi dicen que están más preocupadas por la situación del país, por la situación general, que por la del hospital de Lanzarote. Dicen que el ambiente de trabajo es bueno, que la gente va a trabajar "con ánimo y concienciada" y que la respuesta es buena. "Tuvimos que obligar a algunos trabajadores a salir de estas zonas porque eran asmáticos y no querían irse", destacan. "Esto nos ha unido más", dice Natalia, que quiere agradecer "el esfuerzo bárbaro de todos los profesionales, que es para quitarse el sombrero". También destaca que hay muchas empresas que han enviado café, naranjas, dulces, gorros de baño de un club de natación o gafas anti vaho de un club de buceo.

En el área de extracción de sangre, Didio Silva señala que han aumentado las donaciones e indica que el horario es de 9:00 a 14:00 horas y que es mejor pedir cita previa, pero que se atiende igualmente.

En el laboratorio, Miguel Ángel López, jefe del laboratorio, muestra las dos máquinas que hacen los test, en un espacio muy reducido de unos ocho metros cuadrados. Explica que se analizan tres fragmentos de la secuencia del ácido nucleico y si los tres son positivos, el test es positivo. Dice que algunos pacientes, en fases iniciales de la infección, pueden no tener suficiente carga viral para dar positivo, pero pueden tener el virus. El gerente destaca que se ha contratado a cinco técnicos para el laboratorio.

 

Un "Coviauto" para tomar las muestras


Aniuska Sutil, directora médica de Atención primaria, explica cómo funciona el servicio. Por una parte, han puesto en marcha el Coviauto, una forma de hacer pruebas, en la parte trasera del Hospital, sin que las personas bajen de su coche. Se cita una persona cada cinco minutos, principalmente a miembros de fuerzas de seguridad y personal sanitario.

Por otro lado, "el equipo coronavirus", formado por dos médicos y cuatro enfermeras (Sebas, Alicia, Izaskun, Juan Carlos, Juliette y Bea) llaman a las personas sospechosas o positivas que están en casa. A los positivos se les llama dos veces al día, de lunes a domingo, tanto a ellos como a las que personas con las que conviven. Ya se ha hecho 5.536 llamadas a unas 600 personas, de lunes a domingo.

Atención primaria también hace el estudio de contactos y obtienen pruebas en domicilios. Dicen que la mayor preocupación de los pacientes es que pueda deteriorarse su situación y hablan de que se han encontrado con situaciones sociales complicadas, como una casa con un positivo donde viven doce personas, que se ha conseguido reubicar, o familias que no quieren convivir con un familiar infectado. La recomendación es que los infectados estén en una habitación aislada pero no siempre es posible. 

Por último, Emilio Martínez es coordinador de urgencias y dice que la situación va cambiando cada día porque se adaptan a la realidad. En la zona de triaje, una carpa instalada en la entrada de Urgencia, diferencian posibles casos de Covid del resto de patologías. Martínez dice que "no existe riesgo cero", pero que se clasifica a los pacientes para evitar una contaminación cruzada. 

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