Los siete acusados de asesinar al vecino de San Bartolomé José Antonio Perera niegan su implicación

La única mujer investigada en la causa asegura que dejó a cuatro de los presuntos autores en los alrededores del domicilio en la Florida el día del asalto a la vivienda en enero de 2016

22 de abril de 2024 (16:24 CET)
Actualizado el 22 de abril de 2024 (19:17 CET)
Los acusados del asesinato al carpintero de San Bartolomé José Antonio Perera. Foto: Juan Mateos.
Los acusados del asesinato al carpintero de San Bartolomé José Antonio Perera. Foto: Juan Mateos.

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha acogido este lunes en Lanzarote el comienzo del juicio contra los siete acusados de robar y dar una paliza que causó la muerte dos meses después al carpintero de San Bartolomé José Antonio Perera en 2016.

El Ministerio Fiscal y la acusación particular, impulsada por la familia de José Antonio Perera, acusan a los siete investigados de irrumpir en su vivienda de San Bartolomé, uno de ellos ataviado como un agente de la Guardia Civil, amordazar a sus propietarios y dar una paliza a Perera, que le costó la vida tras dos meses hospitalizado. De ellos, seis tienen antecedentes de delincuencia, algunos incluso están condenados por el asesinato a Juan Carlos Tejera.

Según la declaración realizada ante el Tribunal, los acusados Narciso Manuel Gutiérrez (alias El Peón), Angelo Delgado (alias El Loco) y José Miguel Betancort (El Gordo) viajaron desde Tenerife a Lanzarote en barco, con dos vehículos, para pasar unos días en la isla a medidados de enero de 2016. El día del robo en la vivienda de José Antonio Perera y su esposa, el 18 de enero, estaban en Lanzarote. Con ellos, viajaba también la acusada Sandra Viviana Ramírez, quien defiende que se trasladó a la isla debido a que sufría "amenazas y coacciones" por parte de otros acusados para que acudiera al viaje. Sin embargo, los presuntos autores aseguran que ella viajó a la isla de forma voluntaria porque tenía una relación sentimental con uno de ellos.  

Una vez en la isla, se quedaron en casa del padre de Angelo, Juan Antonio Delgado y se reunieron en una cafetería con el séptimo acusado Antonio González. Durante sus intervenciones, todos negaron los hechos y aseguraron que, aunque se encontraban pasando unos días en la isla, no asaltaron la vivienda en la Florida ni le dieron una paliza a Antonio Perera.  

Frente a ello, Sandra Viviana Ramírez, la única mujer acusada en la causa y la única sin antecedentes penales, declaró que dejó a cuatro de los investigados: Narciso Manuel Gutiérrez (alias El Peón), Néstor David Padilla (alias El Calvo), Angelo Delgado (El Loco) y José Miguel Betancort (El Gordo) en la carretera de La Florida, junto a la vivienda de la calle Caldereta en San Bartolomé, el 18 de enero de 2016.

Además, Ramírez aseguró que en otro vehículo viajaban el padre de Angelo Delgado, Juan Antonio Delgado, otra persona conocida como El Ciego y “una mujer con capucha”. Según su versión, ella solo actuó como conductora del primer coche y esperó a las indicaciones del resto para volver al lugar a por ellos. 

Para poder entrar a la vivienda sin levantar sospecha, el Ministerio Fiscal acusa a José Miguel Betancort, alias El Gordo, de haberse hecho pasar por un agente de la Guardia Civil, con un chaleco y una perilla falsa y de fingir que estaba investigando la comisión de un delito de blanqueo de capitales para poder acceder al interior de la casa. Algo que Betancort negó durante su declaración ante el Tribunal.

Además, el acusado, apodado El Gordo, también cuestionó que en el marco de la investigación policial se hallase su ADN en la casa de la víctima y tachó de testimonio "falso" a los testigos que lo sitúan en el lugar. “Yo sabía que algo bueno no estaban haciendo”, relató Sandra ante las preguntas de su abogado, después de responder al Ministerio Fiscal y a la acusación particular. Sin embargo, defendió que no conocía sus planes y que actuaba por temor a que le hicieran daño a ella o a sus hijas.

Durante la actuación policial, Sandra Viviana fue sorprendida con un arma de fuego oculta dentro de una bolsa negra con un candado. "Me la dio El Calvo, me dijo guárdame esto y yo lo hice sin mirar qué había en el interior", apostilló. 

El Ministerio Fiscal pide de 20 a 27 años de prisión para los siete presuntos autores por la comisión de los delitos de asesinato en grado de tentativa, robo con violencia y para Sandra Viviana el delito de tenencia ilícita de armas. 

Este martes se prevé la continuación del juicio oral contra los siete acusados y la presentación de la prueba testifical. Por el momento, la causa se extenderá hasta el próximo lunes 29 de abril. 

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