El ex agente de la Guardia Civil, Francisco S., que había sido acusado de coacciones y vejaciones dirigidas a dos ciudadanos de origen marroquí, fue finalmente condenado por dos delitos de coacción y absuelto de dos faltas de vejaciones que pesaban sobre su espalda.
El condenado cumplirá un total de un año de prisión (seis meses por cada delito de coacción) así como será inhabilitado para el derecho de sufragio pasivo y deberá indemnizar con 3.000 euros por daños morales a un joven de origen marroquí al que cogió por el cuello creyendo que era el autor de la paliza que había recibido el hijo de su ex pareja.
El agente decidió tomarse la justicia por su propia mano cuando, en marzo de 2005, recibió una llamada de su ex pareja en la que le relataba que su hijo había sido víctima de una paliza. El ex Guardia Civil decidió ir en busca del supuesto autor de la paliza, un joven de origen marroquí, al que no logró localizar aunque sí estuvo en su domicilio, donde intimidó a su madre (una de las denunciantes) sacando su pistola reglamentaria de la Guardia Civil y haciéndola girar sobre uno de sus dedos. Más tarde, el condenado cogió por el cuello a un joven de origen marroquí en plena calle, al confundirlo con el presunto agresor del hijo de su ex pareja, llegando a ponerle el cañón de su pistola reglamentaria en la sien y recriminándole la supuesta paliza equivocadamente.
Tanto la mujer como el joven al que cogió por el cuello en plena calle presentaron sendas denuncias que llevaron a la detención del condenado, que en la actualidad se encontraba recibiendo tratamiento psiquiátrico y había sido apartado de la Benemérita.
