Mediadoras del entendimiento

Tres mujeres unen las 18 nacionalidades que conviven en el IES de Playa Honda

María, Natalia y Sylvia trabajan a caballo entre su despacho y las aulas. Además de actividades donde fomentan "la educación en valores", la resolución de conflictos y el apoyo lingüístico ...

24 de marzo de 2006 (18:06 CET)
Tres mujeres unen las 18 nacionalidades que conviven en el IES de Playa Honda
Tres mujeres unen las 18 nacionalidades que conviven en el IES de Playa Honda

María, Natalia y Sylvia trabajan a caballo entre su despacho y las aulas. Además de actividades donde fomentan "la educación en valores", la resolución de conflictos y el apoyo lingüístico también entran dentro de sus competencias. "Lo más importante es lograr un trabajo conjunto con los profesores", explica Natalia, "porque el trabajo no se puede realizar de forma aislada en tutorías, sino que en la clase de lengua, en la de matemáticas, y en todas las demás deben estar presentes estos valores". Los cambios son lentos, pero poco a poco se van notando. "Tras unos meses de prácticas en el instituto, el centro nos propuso contratarnos, pues habían quedado muy contentos con nuestro trabajo", explica María. "La semana que viene empezaremos a pasar encuestas entre los alumnos para saber cual es la valoración".

El director del instituto, Juan José Cordero, explica por qué decidieron solicitar los servicios de estas mediadoras: "Nos resultó tan útil su trabajo, ya que nos ayudaron con los alumnos extranjeros y con los conflictos violentos, que presentamos el proyecto ante el consejo escolar y el claustro, y decidimos que sería conveniente que en adelante trabajáramos con ellas".

La buena convivencia en el centro es el objetivo fundamental de este proyecto, y los alumnos son los grandes beneficiarios. "El despacho siempre está abierto para quien quiera pasar, aunque normalmente, antes de venir, los niños se ponen en contacto con los profesores", explican las mediadoras. "Algunas veces, a estos alumnos no se les dedica todo el tiempo que ellos quisieran, por lo que les sorprende, y al mismo tiempo les satisface, tener un lugar donde puedan expresarse y dar su opinión".

Ésta es la base de muchas de sus actividades: la libre expresión de opiniones, dudas, sentimientos y conflictos. La empatía es un valor muy trabajado, especialmente en un centro donde cada año llegan alumnos de diferentes países y, por tanto, circunstancias dispares.

A comienzos de año, en el centro había alumnos de 18 nacionalidades diferentes. "Uno de los ejercicios que hemos hecho trataba de hacerles poner en el lugar de un niño que viene de Marruecos", explica Natalia. "Nosotras les dábamos toda la información formal referente a la situación y los trámites a seguir, y ellos tenían que inventar su propia historia". "Lo que más nos sorprendió fue la creatividad que mostraron en este ejercicio", interviene Sylvia. Al preguntarles como reciben los jóvenes estas actividades, las tres mediadoras contestan al mismo tiempo, sin un ápice de duda: "Con sorpresa".

Trabajo creativo

Entre estas actividades que entran en el proyecto de mediación del IES Playa Honda encontramos la proyección y el trabajo de películas, charlas, e el incluso el trabajo manual y creativo. En un centro que sólo cuenta con dos cursos de vida, las paredes del recinto aparecen blancas, desprovistas de decoración. Por ello, los alumnos del centro están realizando un mural con un mapamundi en el que está previsto colorear cada país, incluyendo información sobre todos ellos. "Es una actividad que puede ayudar a conocer otros países y culturas", apuntan las mediadoras.

María, Natalia y Sylvia insisten en que la conflictividad que pueda surgir en el centro no tiene nada que ver con las diferencias culturales o raciales de sus alumnos. Su labor se vuelca más en la integración de aquellos niños que proceden de otros países. "Un cambio siempre afecta a un menor, pero si además viene de un país diferente, con otra cultura y otro idioma, resulta más duro", explica Natalia.

A pesar de su dedicación por terminar con el conflicto, las tres mediadoras creen que su existencia es positiva. "El conflicto es la base del cambio", explican. "Si queremos un cambio de actitud, de mentalidad en los jóvenes, primero tiene que existir conflicto".

Otra de las competencias del mediador intercultural es el apoyo lingüístico. Para muchos alumnos de origen extranjero es complicado el estudio cuando apenas conocen el idioma en el que reciben las clases. "En este centro este problema no es muy grave ya que la mayoría de los alumnos extranjeros proceden de países latinoamericanos", explica Sylvia. "El pasado curso teníamos pendiente el apoyo para niños procedentes de Marruecos, pero este año ya no hay un porcentaje tan alto, por lo que de momento, pospondremos esta iniciativa, que sin embargo mantenemos dentro del proyecto".

El comienzo de la historia

Hace un año y medio comenzó en San Bartolomé el Taller de Empleo de Integración Intercultural, organizado por la Viceconsejería de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias. Entre los participantes se encontraban una psicóloga llamada María, una filóloga llamada Natalia, y Sylvia, una educadora con gran experiencia. A la hora de abordar sus prácticas, decidieron hacer un estudio de la realidad cultural del IES Playa Honda, trabajando a través de encuestas, estadísticas, etc. A final del curso pasado presentaron ante el centro un proyecto de mediación e integración intercultural, que comenzaron en octubre de 2005. Tras dos meses y medio de prácticas en el centro, y una vez finalizado su contrato con el Taller, el centro decidió disponer de sus servicios, presentando el proyecto a la consejerías de Educación y Asuntos Sociales del Cabildo de Lanzarote, y al Ayuntamiento de San Bartolomé, que decidieron financiarlo.

Tres meses después, María, Natalia y Sylvia se constituyeron en una sociedad independiente y comenzaron a trabajar en el IES Playa Honda.

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