Murió cuando "viajaba" de La Caleta a Teguise para instalarse en La Villa

Teguise restaura la cruz de Gregorio Tavío, el primer vecino de Famara

El Ayuntamiento de Teguise acaba de restaurar otra de las cruces que conforman los caminos de difuntos. Así lo ha anunciado la concejal de Patrimonio, Olivia Duque, que ha explicado que se trata de la ...

14 de junio de 2012 (14:52 CET)
Teguise restaura la cruz de Gregorio Tavío, el primer vecino de Famara
Teguise restaura la cruz de Gregorio Tavío, el primer vecino de Famara

El Ayuntamiento de Teguise acaba de restaurar otra de las cruces que conforman los caminos de difuntos. Así lo ha anunciado la concejal de Patrimonio, Olivia Duque, que ha explicado que se trata de la cruz de Gregorio Tavío, primer vecino de Caleta de Famara, que data de principios del siglo XX. La cruz se encuentra en La Villa, en las cercanías de la ermita de San Rafael, donde falleció Tavío al hacer el "viaje" Famara-Teguise.

Los caminos de difuntos son veredas que partían desde todas las localidades de Lanzarote y terminaban en el cementerio de La Villa, único camposanto que existía en el pasado. "Éste era un lugar sagrado dónde tenían que ser trasladados todos los fallecidos obligatoriamente para poder descansar en paz siguiendo el rito católico, que era la práctica religiosa mayoritaria en el pasado", según ha explicado el Ayuntamiento.

La concejal ha indicado que el Consistorio está restaurando poco a poco estos caminos porque "son parte de la cultura conejera". "Son esenciales para entender el pasado de la isla; piezas imprescindible para tener un mejor futuro, y además estos símbolos son utilizados como referencia por muchos senderistas", ha señalado.

La directora del Archivo Histórico de Teguise, María Dolores Rodríguez, y el asesor de Patrimonio municipal, Francisco Hernández, han recopilado todos los datos sobre esta cruz, recientemente restaurada. La historia de la cruz gira en torno a la vida de Gregorio Tavío, natural de La Vegueta.

La historia de la cruz

Tavío se casó con María Martín Ferrera, natural de Soo, y se trasladó a vivir a Caleta de Famara. Allí construyeron la que sería la primera casa del pueblo. La edificó al final de la playa Chica, al lado del actual restaurante 'El Sol'. En La Caleta nacieron algunos de sus hijos como Florencia, Isidoro, Andrea, Juan, Feliciano, Marcial, Antonia y Pilar.

Cuando Tavío contaba con 50 años, en la primera década del siglo XX, al encontrarse enfermo, posiblemente del corazón, se trasladó a La Villa para estar más cerca del médico, según han explicado sus familiares. En el camino de difuntos, que no sólo se utilizaba para trasladar fallecidos, sino que era una vereda de comunicación, murió después de pasar la ermita de San Rafael, entrando ya en Teguise. La cruz está exactamente en el cortijo de la maestra Sofía Cancio, esposa de José Ramírez Vega. Actualmente, las tierras pertenecen a la Iglesia.

Antonia, hija de Tavío, contó que en este viaje a Teguise, a su padre le iba a acompañar su hermano Feliciano, el mayor. "Pero mi padre deseó que fuese yo. También pidió que le pusiera un saquito con jable amarrado debajo de su asiento para poder contrapesarle la silla del camello", explicó Antonia en su momento.

"Después de pasar la ermita de San Rafael, me percaté de que el cigarro que estaba fumando mi padre se le había caído de la boca y al hacérselo notar, intente buscárselo, y vi cómo falleció en ese momento. Corrí despavorida a buscar ayuda, bajé el barranco que en aquella época tenía unos escalones y atravesé la tierra donde estaba una casa que pertenecía a Lola, (actualmente propiedad de un extranjero). Allí se le cayó del bolsillo el dinero que llevaba para el médico, atado dentro de un pañuelo", indicó su hija, en unas palabras que han sido recogidas ahora por Patrimonio de Teguise.

La concejal Olivia Duque ha agradecido la ayuda de los nietos Gregorio Martín Tavio, y Antonia Enriqueta Martín Tavio, "porque gracias a ellos la historia se puede recordar de forma más precisa". Además, ha señalado que la cruz ha sido restaurada por el maestro ebanista Juan Agustín Padrón Pérez.

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