El Real Club Náutico de Arrecife acogerá el próximo viernes 5 y lunes 8 de noviembre, los actos de celebración del 50º Aniversario del Escuadrón de Vigilancia Aérea Nº 22 (EVA 22), que se creó el 3 de abril de 1971 y se encuentra ubicado en Peñas del Chache, en Haría, a 672 metros de altitud.
El programa se iniciará este viernes a las 19:30 horas, con una conferencia que tratará sobre el “Sistema de Vigilancia y Control Aeroespacial del Ejército del Aire”, y tendrá como ponente al General de División Juan Francisco Sanz Díaz, jefe del sistema de Vigilancia y Control Aeroespacial.
El lunes 8 se inicia a las 09:00 horas, la Jornada Aeroespacial con el Seminario de Vigilancia y Control Aeroespacial.
Las actividades se clausuran en la tarde del mismo lunes a las 17:30, primero en la Playa del Reducto con una “Exhibición de la Patrulla Paracaidista del Ejército del Aire (PAPEA). Posteriormente a las 18:30 en el Parque Islas Canarias, tendrá lugar el “Concierto de la Unidad de Música del Mando Aéreo de Canarias”
Escuadrón de vigilancia aérea
España cuenta con una amplia red de radares que vigilan día y noche su espacio aéreo. Estos equipos operan desde los bautizados como Escuadrones de Vigilancia Aérea (EVA) del Ejército del Aire, ubicados en hasta 13 puntos estratégicos de la geografía de la península Ibérica, y también de Canarias y Baleares, que permiten la detección e identificación inmediata de cualquier posible amenaza a la seguridad que proceda del aire.
En Lanzarote se encuentra el EVA 22, del que está al frente el comandante y responsable de las instalaciones D. Francisco Delgado Sánchez. Se creó el 3 de abril de 1971 y se encuentra ubicado en las Peñas del Chache – Haría a una altitud de 672 metros.
Estos centros se nutren de la información que captan los trece escuadrones: EVA de los que Canaria cuenta con dos, EVA 21 de Pozo de las Nieves (Gran Canaria) y EVA 22 de Peñas del Chache. Las instalaciones crean una especie de malla invisible que cubre todo el espacio aéreo. Son los responsables de la alerta temprana. Ninguna aeronave entra en España sin que ellos la detecten.
El elemento más característico de estas unidades es su radomo, una cúpula de 17 metros de diámetro en la mayoría de los casos blanca o grisácea, visible en los días claros desde decenas de kilómetros, que protege las antenas de los radares de las inclemencias meteorológicas.Todos están ubicados sobre elevaciones del terreno, en algunos casos, sobre cimas, en el pico de las Nieves de 1.956 metros. Desde sus privilegiadas posiciones vigilan el aire sin descanso: 24 horas al día, los siete días de la semana.
En cada uno trabaja un destacamento de en torno a medio centenar de militares del Ejército del Aire, responsable del funcionamiento del radar y de garantizar la seguridad en las instalaciones. La principal infraestructura es un edificio con características similares a un búnker donde está el radar, los sistemas que dan servicio a éste, los sistemas de comunicaciones y las instalaciones donde hacen el día a día los militares.
El inicio de estos destacamentos se remonta a los años 60 del siglo pasado. Los primeros fueron instalados en colaboración con la Fuerza Aérea estadounidense (USAF), después de los Pactos de Madrid entre EEUU y España.
