El claustro de profesores del CEIP Adolfo Topham ha decido "alzar la voz", junto a los padres, para denunciar las últimas decisiones que ha adoptado la Consejería de Educación con respecto a este colegio, y que considera que "afectan gravemente al día a día" del alumnado. Para ello, este lunes se han concentrado a las puertas del centro portando camisetas blancas, cuestionando la eliminación de grupos, el incumpliento de las ratios, la falta de docentes para alumnos con necesidades especiales y, también, la presencia de dos escolares a los que se les permite acudir a clase sin mascarillas.
Según ha señalado una madre a La Voz, los niños cuentan con un certificado médico para que se les exima de esa obligación, pero creen que puede haber algo más detrás, ya que asegura que el padre "manifestó su postura negacionista" respecto a la pandemia en una de las reuniones al inicio del curso.
Por su parte, el claustro de profesores considera que no se está dando "una respuesta educativa responsable" al permitir su acceso a clase sin mascarilla. "La solución no puede ser garantizar las medidas de distancia para esos dos alumnos perjudicando así el espacio de los demás, ya que es imposible garantizar un metro de distancia entre todo el alumnado", señalan. Al respecto, una de las madres añade que están en un curso, tercero de Primaria, "donde actualmente se supera la ratio de alumnos establecida por la Consejería".
Por eso, considera que están "perjudicando al resto de alumunos que sí acuden con mascarilla", y lo mismo advierten los docentes. "Tampoco nos parece coherente reducir el material manipulativo y los ejercicios de expresión oral ya que perjudica el proceso de aprendizaje de los demás. Por responsabilidad con nuestro alumnado, sus familias y nuestras familias, exigimos medidas que garanticen la seguridad de todos dentro del aula", reinvidican en un escrito que han hecho llegar a los padres del centro.
Suprimen una clase de cinco años diez días después de iniciar las clases
En esa carta, hacen referencia también a la decisión de juntar el nivel de tercero de primaria en dos aulas, que están así con 26 alumnos, y por tanto "por encima de la ratio que la Consejería vende en prensa y televisión". "Es un curso donde el alumnado aún necesita una enseñanza muy individualizada y un espacio amplio donde poder moverse y distraerse después de largos minutos de concentración. Resulta muy difícil mantener las distancias y las aulas están abarrotadas de mesas y sillas en línea donde apenas se puede ver el suelo", advierten los docentes.
Desde el claustro de profesores critican también que, diez días después de iniciar las clases, la Consejería “haya eliminado una clase de infantil de cinco años”, agrupando a todos los niños y niñas de ese grupo “en las otras dos clases”. Además, la profesora que estaba encargada de ese grupo “ha sido trasladada a otro centro”, por lo que consideran “que un nuevo cambio de tutora, de compañeros y de espacio en este primer mes de clase será gravemente perjudicial para su proceso de enseñanza”, máxime cuando el curso anterior "se suspendieron las clases en su primer año de escolarización y se han visto obligados a cambiar de tutora continuamente".
Además, a esto suman otra crítica por la no ampliación de la plantilla de Maestras de Apoyo a las NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo), "a pesar de contar con un estadillo más amplio" y de que se sigue incorporando al centro "alumnado que necesita constantemente el apoyo de la Maestra de PT (Pedagogía Terapéutica)”.
Todas estas peticiones, junto a la recogida de firmas previa impulsada por los padres, serán presentadas el martes a las 11:00 horas en la Oficina de Inspección Educativa, esperando que desde ese organismo les ofrezcan una solución “que garantice la seguridad de los alumnos”
