"La muerte aquí, lejos"

Manifiesto remitido por la Red ciudadana de solidaridad con las personas migrantes en Lanzarote

18 de junio de 2021 (14:22 CET)
Actualizado el 18 de junio de 2021 (14:24 CET)
Cartel difundido por la Red Ciudadana de Solidaridad con las Personas Migrantes en Lanzarote
Cartel difundido por la Red Ciudadana de Solidaridad con las Personas Migrantes en Lanzarote

"Lanzarote, 18/06/2021.

Órzola. Patera volcada. Gritos en la noche. Muertes. 

Ha vuelto a pasar, y ya sabemos de qué estará hecho el día de hoy. 

Hoy en la prensa, rostros de personas viviendo un drama, captadas sin consentimiento, difundidas hasta la saciedad. Hasta que pasemos a otra cosa. Hasta que otro suceso venga a alimentar la economía del "click". Da igual si hay menores, bebés... total, son negros. No son ciudadanos. Son inmigrantes. Encima inmigrantes "ilegales". Aquí no tienen derechos. Ni hablar de dignidad o de respeto. Que se consideren afortunadas si sus tumbas llevan sus nombres. 

Hoy, nuestros representantes políticos lamentarán muchísimo la tragedia... sí, pero desde el altar de la Delegación de Gobierno, del Cabildo. A lo mejor, hasta algún ministro encargará a su equipo de comunicación la redacción de un tuit. Y se dirán “comprometidos” con la causa. Esta gente no tiene tiempo para ir hasta Órzola, aunque sea para tirar una flor en el mar. Las víctimas no eran de su jurisdicción, de su país, de su color. 

Hoy, las vecinas y los vecinos de Órzola perderán el sueño otra vez. Estarán de luto por personas que no conocían, solos para superar el trauma. Nadie les va a venir a visitar para saber cómo se encuentran, para pedirles disculpas por no haber reaccionado antes. Para decirles que pronto habrá un SIVE para detectar y poder dar auxilio a las embarcaciones antes de que se estrellen contra las rocas de la costa. 

Hoy, las compañeras y compañeros de viaje de las fallecidas ya se encuentran bajo custodia policial. 72h durmiendo en camastros en una nave o en un polideportivo, tratadas como ganado, pasando frío, hambre y sin entender nada de lo que está sucediendo a su alrededor, pues cuando se dignen en hablarles, lo harán en un idioma que ellas y ellos no entienden. No saben lo que va a pasar. No saben nada de sus compañeras ingresadas. Podría ser, incluso, que ni sepan que algunas y algunos han muerto. Necesitarán asistencia psicológica por lo que acaban de vivir. Y no la recibirán, porque -¡no olvidemos!- son delincuentes, terroristas potenciales. No se merecen nada más. 

Pronto, serán trasladadas a uno de los macrocampamentos, en otra isla. Allá recibirán el mismo trato, o peor incluso. Son números, no personas. Nadie les informará sobre sus derechos, firmarán documentos que no entienden, y estarán desposeídos de su documentación personal. Los mal llamados “centros de acogida" son lugares donde reina la arbitrariedad y la opacidad. 

Y hoy, mientras se repite una vez más el guión de la mortífera política de fronteras, muchas y muchos decidirán mirar hacia otro lado. Culpar al traficante. Deslegitimar la decisión de las personas que emprendieron el viaje. Tacharles de irresponsables por llevarse a sus hijas e hijos. Y pedir un SIVE, no para que lleguen vivas y vivos, sino para que no lleguen. Porque esta miseria no la queremos ver. La queremos lejos.

Mientras mueran en el mar, aquí en Órzola, lejos de los centros del poder, mañana, seguirá dando igual que se mueran".

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