Los rotarios de Lanzarote han galardonado al artista lanzaroteño César Manrique como el personaje más ilustre e influyente del siglo XX coincidiendo con el centenario de Rotary, institución que promueve la solidaridad, la cultura y la comprensión mundial.
Rotary Club Lanzarote, presidido por el periodista lanzaroteño Severino A. Betancort, entregará este sábado día 2 de julio en el transcurso de una cena de gala el Galardón Conejero del Año, a título póstumo, a César Manrique por su contribución, en vida, al desarrollo, progreso y protección medio ambiental de su isla natal, Lanzarote.
El acto tendrá lugar a las 21 horas en las instalaciones del Hotel Teguise Playa, en Costa Teguise, y además de los miembros del club rotario asistirán autoridades civiles y militares, familiares de Manrique y directivos de la Fundación que supervisa y gestiona su importante legado artístico y cultural. Además, asistirá a este evento una amplia representación de los agentes sociales, culturales y empresariales de Lanzarote y Canarias.
Desde la creación del Club Rotario de Lanzarote se entrega anualmente el Galardón de Conejero del Año a destacadas personalidades e instituciones que han contribuido al progreso y desarrollo de la Isla de los volcanes. Este año 2005, coincidiendo con el centenario de Rotary, se ha galardona a César Manrique, a título póstumo, como el conejero que más ha contribuido al progreso y protección medio ambiental de Lanzarote a lo largo del siglo XX.
Durante este acto especial, también, tomará posesión la nueva junta directiva del Rotary Club Lanzarote presidida para el año 2005-06 por el conocido restaurador y empresario hostelero Antonio Hernández Abreu, acto conocido como Cambio de Collar. César Manrique (1919-1992) nació en Arrecife, Lanzarote, isla en la que su trayectoria artística ha dejado huellas imborrables.Tras finalizar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid (ciudad en la que vivió entre 1945 y 1964), expone con frecuencia su pintura tanto dentro como fuera de España. Participa en la XXVIII y XXX Bienal de Venecia (1955 y 1960) y en la III Bienal
Hispanoamericana de La Habana (1955). A principios de los años cincuenta se adentra en el arte no figurativo e investiga las cualidades de la materia hasta convertirla en la protagonista esencial de sus composiciones. Se vincula así -al igual que otros pintores españoles como Antoni Tàpies, Lucio Muñoz, Manuel Millares...- al movimiento informalista de esos años.
