Lágrimas contenidas y sollozos manifiestos, pero también enormes sonrisas y muchos besos. Los niños se despidieron con pena, pero con la ilusión de volver a ver a su gente. Sin duda, los que peor lo llevan son los padres de acogida. Han sido dos meses de convivencia en los que se crean vínculos muy fuertes. Y es que algunos llevan cuatro años, desde que comenzó el programa "Vacaciones en Paz",compartiendo sus vacaciones con el mismo niño.
Allí también estaba Zeini, miembro de la Comunidad Saharaui de Lanzarote (COSAL), que quiso "dar las gracias a todas las personas de la Isla de Lanzarote que han acogido a los niños del Sahara, que vienen a pasar las vacaciones aquí, pero también vienen como embajadores de su propia causa". También tuvo palabras para los responsables políticos cuando mencionó que "además del presidente del Gobierno, también los niños refugiados del Sáhara Occidental pasan aquí sus vacaciones, y hay que recordar al Gobierno español que debe hacertodas las presiones posibles para que el territorio del Sahara sea recuperado por sus habitantes y para que cese la represión marroquí sobre el pueblo saharaui". Pidió que definitivamente y de una vez por todas se cumpla el Derecho Internacional a través de un referéndum libre de autodeterminación. "Por último, agradezco a las familias que han acogido a los niños su labor humanitaria, que llega a todos los corazones y que nos une a través de acciones de solidaridad", concluyó.
Por su parte, Juan Manuel Gutiérrez, coordinador de la Asociación de Familias Canarias en apoyo del Pueblo Saharaui (APUSA), aseguró que "todo ha salido perfecto, hemos cumplido los objetivos nos habíamos fijado; las familias han estado muy contentas, los niños bien, dentro de lo que cabe, porque son niños y unos días están mejor que otros". Informó de que hay dos niños que se quedan este año en la Isla, ya que están ingresados en el hospital.
Dijo que los niños "están contentos de volver a los campamentos para ver a sus familias" y que los de aquí andan un poco apenados, pero saben que son niños que tienen que volver porque "tienen su arraigo allí, en los campamentos".
Quiso dar las gracias al pueblo de Lanzarote y a sus instituciones: "gracias a las que han colaborado con nosotros y, a las que no lo han hecho, decirles que aún están a tiempo, porque este no es un trabajo sólo de verano cuando están los niños, sino que durante todo el año se trabaja para conseguir los recursos y los fondos para hacer viable este programa de "Vacaciones en Paz". Esperan que el año que viene, cuando vuelvan a venir, no tengan que ir de lugar en lugar explicando quiénes son, qué hacen, o qué funciones cumplen. "Este es cuarto año que funciona el programa y en la medida que ellos puedan, les pedimos que nos echen una mano".
Este año han venido a Canarias 260 niños, de los cuales 125 se han quedado en la provincia de Las Palmas: 10 en Fuerteventura, 11 en Lanzarote y el resto en Las Palmas. Juan Manuel Gutiérrez aseguró que "a Lanzarote podrían venir más niños porque hay familias dispuestas a acoger, y si no vienen es por falta de presupuesto".