Imagen: Sergio Betancort
Los camelleros que guían a miles de turistas por las Montañas del Fuego, en el Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote), recibieron este viernes el Premio AMUPARNA 2013 que distingue su experiencia turística sostenible durante varias décadas en uno de los sitios más emblemáticos y visitados no solo de Canarias, sino de todo el territorio español.
Representando a los camelleros lanzaroteños, en ceremonia efectuada en el Teatro Municipal de Tinajo, estuvieron varios miembros de este colectivo, que encantados agradecieron el premio otorgado por la Asociación de Municipios con Territorio en Parques Nacionales (AMUPARNA), liderada por su presidenta, Dolores Escalona Sánchez, a propuesta de los ayuntamientos de Yaiza y Tinajo, municipios asociados en AMUPARNA.
Asimismo, en el marco de la XVII Jornadas de Municipios y Parques Nacionales, AMUPARNA galardonó a la iniciativa "Arboretum de Panes", presentada por el alcalde de Peñamellera Baja de Asturias, José Manuel Fernández, perteneciente al Parque Nacional de Picos de Europa. Esta actuación, según manifestó el primer edil de la localidad asturiana, "ha supuesto una importante recuperación de humedales y la creación de 34 puestos de trabajo". Igualmente, el proyecto de "Biomasa por el Empleo" del Ayuntamiento de Almonte fue distinguido con el premio AMUPARNA 2013. La delegada municipal de Turismo del Consistorio almonteño, Rocío Villa fue la encargada de recoger la distinción.
Momentos antes, la alcaldesa de Yaiza, Gladys Acuña, expuso ante delegados de 78 municipios de España la importancia histórica de los camelleros de Timanfaya, de quienes dijo, "ya hacen parte del paisaje de Lanzarote".
Acuña rememoró el uso del camello en tareas agrícolas en los albores del siglo XX y la aparición de los primeros paseos de manera informal en las Montañas del Fuego a partir de principios de los años cincuenta. La alcaldesa de Yaiza mostró imágenes de la época y documentos que demuestran que el Ayuntamiento sureño ya regulaba la actividad desde la década del sesenta.
Gladys Acuña sostuvo que el sustento de unas cuarenta familias del pueblo de Uga depende de los paseos en Timanfaya a camello, donde el servicio se presta por una ruta autorizada con una media de 130 animales cada día, dependiendo de la demanda. Yaiza es el único lugar del Archipiélago donde hay un núcleo de ganaderías camellares gestionadas por empresas de familias, la práctica mayoría asentadas en Uga.
Actualmente hay 290 licencias para camellos que operan en Timanfaya, regentadas por 18 ganaderos y reguladas por el Ayuntamiento de Yaiza. No obstante, la cabaña camellar del municipio está censada sobre 400 animales, todos criados en el Vallito de Uga.
Desde este emplazamiento, cuando aún es de madrugada, sale la caravana de animales para prestar el servicio en Timanfaya. Son 7 kilómetros de recorrido, que tarda hora y media, del Vallito de Uga hasta el echadero de camellos del Parque Nacional, bella estampa que con los primeros rayos del sol y con el atardecer, después de cumplir la intensa jornada de trabajo, sigue siendo fuente de inspiración de artistas plásticos y realizadores de audiovisuales.
La crisis también ha tocado la puerta de los camelleros. En todo 2012 se contabilizaron 138.791 viajes. De enero a septiembre de ese ejercicio el número de viajes sumaba 113.092, mientras que en el mismo periodo de 2013 la cifra llegó a los 98.983 viajes. Es decir, cerca de un 12,5 por ciento menos, pasados los meses de julio y agosto, donde se suelen alcanzar los picos más altos de viajes.
Esto supone, recalcó la alcaldesa, un enorme esfuerzo para mantener la actividad. Los forrajes y el pienso son traídos de la Península, así que el coste de mantenimiento de cada camello oscila entre 150 y 200 euros mensuales.
La alcaldesa de Yaiza se mostró orgullosa del reconocimiento nacional a los camelleros porque además de su valor cultural y aportación a la industria turística de Lanzarote "es imposible imaginar Timanfaya sin camellos, es como arrancar parte de la historia de la Isla de Los Volcanes".
El trabajo del camellero no es sólo guiar a la caravana en Timanfaya para que los visitantes disfruten del paseo. Ellos mantienen los ejemplares, les dan de comer y los miman. Ya en el echadero, cargan la fila, vigilan que los turistas estén cómodos y seguros, levantan la fila y a andar. Su jornada de trabajo comienza cerca de las cuatro de la madrugada. Los camelleros tienen sobradas razones para ser merecedores del Premio AMUPARNA 2013.
