El IV Certamen de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero continúa recibiendo los pequeños cuentos de los participantes. La Voz publica una nueva remesa de microrrelatos, sólo los que cumplen con los requisitos establecidos en la base del concurso, es decir, que no superan las 100 palabras, título incluido.
Todavía se puede participar hasta el 31 de agosto en este concurso, enviando los relatos al correo electrónico [email protected]. En la edición de este año, los textos tienen que incluir una historia de terror o de miedo, en la que esté presente también la radio.
Cada autor podrá presentar un máximo de cinco cuentos, que pueden estar firmados con un pseudónimo, aunque será necesario enviar los datos reales y un teléfono de contacto.
Estos son los relatos recibidos entre el lunes 7 y el domingo 13 de julio:
Los terrores radiofónicos
Autor: Iván Frías
Un día como cualquier otro me levantaba de la cama preparándome para ir al
trabajo, como siempre tenía la costumbre de poner la radio, ese día estaban
relatando una espeluznante y terrible noticia acerca de unas prospecciones
en Canarias. En principio pensé que era una broma de la radio pero según
escuchaba más me daba cuenta de que no se trataba de una broma, poco a poco
me fui abrumando por el miedo de tal fuerte noticia. Decidid apagar la radio
salir a la calle y manifestar mi rabia y que sientan el miedo por un pueblo.
Exclusiva
Autor: Dúo
Se puso los cascos, encendió la RDSI y entró en directo, en el informativo nacional. Ella, con voz modulada y perfecta, esa que la había hecho tan famosa en las ondas, dio la exclusiva del año. Comenzó como siempre: "Buenas tardes, desde Lanzarote, donde un conocido pederasta ha sido asesinado..."
Cuando terminó apagó la emisora y esperó a la policía. La exclusiva le había costado años de investigación y su puesto directivo en Madrid. No se arrepentía. Por fin, podría llorar a su única hija, a su niñita.
Vintage
Autor: Walmares
Todo está como lo recordaba. Intacto pero devorado por la ceniza de un
tiempo cerrado a cal y canto. Lo cotidiano es tenebroso cuando se deshabita.
El chamuscado perchero de pie, donde cuelga la gabardina y boina del abuelo,
parece amenazar mi osadía de haber abierto la vetusta casona familiar,
cerrada como una tumba desde aquel fatal incendio el día de difuntos de hace
quince años. Comienzo a sentirme culpable de despojar algunos objetos de
este lugar para mi nuevo local de copas de estilo vintage. La radio de
válvulas será perfecta. La inauguración, el próximo uno de noviembre.
Sin Título
Autor: Ignacio Pacheco Cabrera
El perro empezó a ladrar, como si estuviera delante de un extraño, cuando el
aparato de radio se desenchufó. Con sus cuatro viejas patas metálicas y
oxidadas corrió detrás del animal por toda la casa hasta tenerlo
arrinconado. Ahora solo gruñía, más fuerte al ver como su agresor se sacaba
el dial que, usándolo como si fuera un cuchillo… La sangre empezó a manar y,
al poco, los gemidos se convirtieron en silencio… La radió comenzó a sonar
otra vez, se había acomodado en su esquina para sintonizarse su programa
preferido, "…continua entre nosotros, ¡estén alerta! Cuiden de sus perros".
La experiencia
Autor: El de la saca…
No era noche de luna llena, simplemente de cuarto menguante.
De fondo el sonido musical de la radio.
No entendía nada, y por qué la habían asustado de esta forma.
Con pavor se deslizó con el candil por la escalera…
Llevaba el cabello suelto, y estaba en camisón, cuando ya tocó el suelo
…después del último chaplón, notó flashes de cámaras contra ella.
Uno de sus amigos le explicó, así queríamos que estuvieras, necesitábamos
tu rostro así, para la carátula de nuestro nuevo libro.
El incidente
Autor: El de la saca…
De repente se percató de que algo grave ocurría….y es que no había sol!
Había desaparecido, era inexplicable, rápidamente entró a la casa y prendió
la radio
A ver si contaban lo que ocurría.
Misterio, que tanto le gustaban, y la vida iba y le daba ese sabroso
misterio ahora.
¿era el fin el mundo?
¿El sol se extinguió?
Poco empezó a entender que nada funcionaba, que la energía había
desaparecido.
El pánico
Autor: El de la saca…
Buscó información, toda la posible….el miedo ya vivía dentro de ella.
Aquello era el mayor terror…. que nunca hubiera imaginado soportar.
adónde iban ahora? Donde vivirían?
En la radio escuchaba casos similares, gente despojada de sus viviendas
,aquello era dantesco¡.
Nunca lo pudo imaginar, apretaba a sus hijos contra su pecho, no sabía que
hacer ni decir.
Pensó en irse a la playa después de entregar las llaves de su vivienda
al notificador del juzgado.
Era impensable, que a ... sólo ya de 3 años para acabar la hipoteca …¿?
pero estaba sola, nadie le ayudaba…
Sin título
Autor: Ignacio Pacheco Cabrera
El portazo de la puerta al cerrarse sumió a la casa en un silencio absoluto.
Incluso mi respiración se detuvo, ni tan siquiera sentía mi corazón latir.
Tragué saliva con fuerza y me di la vuelta para abrirla. No se había cerrado
años, desde lo del abuelo. Dentro, ahora, estaba muy oscuro, hacía frío,
olía a humedad y a acre, y la radio sonaba otra vez. La luz, al colarse
conmigo, iluminó un machete en el suelo que no estaba antes. Al agacharme
para recogerlo descubrí una nota pegada a mi suela: "¡NO ENTRES!" La puerta
se volvió a cerrar.