ACN Press
La salida de las pateras desde Mauritania con intensidad estos días viene a confirmar que la comunidad internacional ha cometido un grave error en buscar una solución a largo plazo y apostar solamente por la vía policial, lo que requiere una nueva forma de abordar este fenómeno que no cesa con el tiempo sino que agrava más.
En este marco, fuentes de la Asociación Marroquí de Comunicación subrayan que "varios factores indican que este fenómeno no cesará en el futuro inmediato y tampoco a medio plazo, ya que materialmente las embarcaciones utilizadas son los cayucos que resisten en el mar mucho más que las pateras clásicas además se calcula que hay cerca de diez mil entre el litoral mauritano y senegalés, lo que garantiza el instrumento principal para navegar y no faltan clientes".
Añade además que los jóvenes africanos "creen que tienen derecho a viajar sea clandestina o legalmente a Occidente, ya que hay artículos de prensa en algunos países donde los jóvenes, incluso algunos intelectuales, sostienen que sus países fueron salvajemente desvalijados por las potencias colonialistas hasta los años 60 y ahora toca a Occidente pagar a través de la inmigración ilegal".
Taufik M., experto en inmigración plantea que "entre las soluciones eficaces, la cumbre Euro-Africana sobre la inmigración que los países de la UE debe fijar una cuota anualmente a los países africanos, ya que la UE necesita inmigrantes para paliar el déficit registrado en la demografía, por lo tanto esta medida de recibir anualmente un tanto por ciento de africanos tendría sin duda impacto, en este caso porque gran parte de los inmigrantes presentarán las solicitudes para entrar legalmente a la UE".
Señala que "España como país de tránsito debe promover esta estrategia de que la UE debe recibir legalmente la mano de obra africana, al contrario, España siempre será el país más afectado y en concreto Canarias por ser el territorio más accesible para los subsaharianos".
Por otro lado, fuentes cercanas al gobierno marroquí explicaron a ACN: "Llevamos años intentando convencer que la política de presión sobre Rabat para que aumente la vigilancia en las costas no es la solución idónea, porque no se puede poner puertas al huracán de la desesperación que azota al continente africano, es necesario compaginar las medidas de seguridad con medidas económicas y sociales".
Concluyendo que "la realidad ha demostrado que no todos los inmigrantes ilegales que llegan a la costa española sobre todo a Canarias zarpaban desde Marruecos, por eso nuestra postura a no firmar un convenio de readmisión con Bruselas mientras no aclaremos la nacionalidad de los ilegales y cómo llegan al territorio europeo y si de verdad pasan por nuestro país".