Las administraciones públicas y los colectivos sociales se vuelcan en recordar la obligatoriedad de vestir acorde a la ocasión para visitar a la Patrona el próximo día 22

De romería y no de Carnaval

"De un tiempo a esta parte," cuenta Santiago Torres, presidente de la Asociación Cultural Coros y Danzas de Arrecife, "la romería de Los Dolores parece más un desfile de Carnaval que una procesión religiosa y cultural". De ...

20 de septiembre de 2007 (17:32 CET)
De romería y no de Carnaval
De romería y no de Carnaval

"De un tiempo a esta parte," cuenta Santiago Torres, presidente de la Asociación Cultural Coros y Danzas de Arrecife, "la romería de Los Dolores parece más un desfile de Carnaval que una procesión religiosa y cultural". De igual modo piensa Félix Hormiga, referente cultural de la isla y miembro del departamento de Cultura del Cabildo de Lanzarote. "No se puede someter el folklore, el patrimonio de una sociedad, a las perturbaciones que marca una moda o la comodidad. Estamos asistiendo a una desvirtuación del aparataje cultural de una isla. Sin imagen no hay memoria y estamos creando una imagen absolutamente discordante sobre las tradiciones y costumbres del Lanzarote tradicional".

Torres y Hormiga coinciden a la hora de señalar que "la comodidad no está reñida con las raíces de un pueblo". Se refieren a la presencia de más y más playeras entre los pies de los romeros. "No hace falta que los romeros acudan con sandalias de cuero de vaca, toro, macho cabrío o carnero. Sólo hace falta que cuando comience la romería, la gente calce un zapato de cordón marrón o negro". Santiago Torres va más allá. "Yo creo que la gente es libre de calzar el zapato que por comodidad le sea más conveniente durante la peregrinación. Eso sí, al comenzar la romería deben cambiarse".

"Entiendo que tenemos que buscar la felicidad y el placer visual de todo un pueblo que acude en masa a rendir culto a su patrona. Y al placer visual no se llega llevando un fajín al cuello, a modo de pañuelo pamplonica o llevando un pantalón vaquero de color azul" señala Hormiga. "Tenemos que trabajar para recuperar los cánones que marca lo tradicional", continúa. Y, ¿qué es lo tradicional? Preguntamos.

Los hombres

"Se puede conseguir un traje sencillo masculino por entre 60 y 100 euros", anuncia Santiago Torres. El traje sencillo al que hace referencia el presidente de la Asociación Cultural Coros y Danzas de Arrecife está integrado por una camisa blanca, originariamente hecha con tela de lino tejida en el país. En su origen estas camisas plegaban las mangas a la altura de los hombros, los puños, la pechera y, a veces, en la parte trasera del cuello. Se pueden conseguir en el mercado por 18 euros.

El pantalón puede ser de color gris, negro, o listado en ambos colores. Existen calzones de media pierna, que se ajustan al muslo por medio de botones metálicos y que se remataban con una jarretera con hebilla. Son más estrechos y ceñidos y, frecuentemente, van ribeteados en algún color, generalmente, el rojo. Pero esos son pantalones más caros y más lujosos. Son los que lucen los integrantes de Coros y Danzas de Arrecife. Recuerden que nosotros estamos intentando vestirnos de romero por un precio más o menos asequible. Unos pantalones sencillos cuestan 15 euros lisos, y 11 listados.

Un fajín o ceñidor, de color negro, aunque "ignoramos la causa por la que, últimamente, se lucen de todos los colores. El fajín debe ser negro" señala Torres, "aunque se han encontrado algunos con características similares a la tela escocesa" ? uno en tonos rojizos, que data de 1880- . El fajín deja en sus puntas un trozo de urdimbre sin tejer formando unos cordoncillos o flecos. Normalmente debe medir unos 3 metros de largo y un ancho de doce o trece centímetros. Se enrolla a la cintura disponiendo de su anchura, o bien doblado a la mitad en sentido longitudinal. La tradición no dice nada de ponérselo a la cabeza a modo de pañuelo pirata, o al cuello como si fuera un pañuelo en honor a San Fermín. Por el módico precio de 12 euros podemos conseguir uno de ellos.

El cachorro es un sombrero negro de fieltro, que podemos comprar por unos 12 euros. Y aunque hemos diseñado un traje de romero sencillo, no podemos obviar que existen también un chaleco, unas polainas e, incluso, un marsellés, una especie de abrigo largo de lana muy burda y de grueso tejido, que remata por dentro a manera de felpudo. Pero en septiembre y con los rigores del calor, es un elemento que se puede obviar so pena de estar en cumplimiento de alguna promesa religiosa.

Tal y como nos aseguraba Santiago Torres, este traje de hombre sencillo cuesta alrededor de 58 euros. Con esa vestimenta, nadie podrá mirarnos de reojo en Mancha Blanca.

Las mujeres

El traje sencillo de las mujeres dispone de más elementos que el masculino. Para empezar, una camisa, que hemos visto blanca o con florecillas. El precio oscila entre los 10 euros de la estampada y los 18,90 de la lisa. Originariamente, las camisas eran de lino o algodón, con botones de lino. Las mangas pueden ser largas o cortas, anchas con mucho vuelo o estrechas. Pueden ir plisadas en el hombro y en los puños. En la unión de las mangas con el cuerpo, lleva una ampliación de tela o refuerzo cuadrado, doblada en diagonal para tener más holgura en los movimientos de los brazos. Pero seguimos hablando de un traje sencillo.

La falda de campesina es la que se ha impuesto en la última moda entre las romeras. Puede ser lisa, de colores vivos, o, también, estampada con flores. La lisa cuesta unos 15 euros, en tanto que la floreada cuesta unos 18. Bajo la falda es prácticamente obligatorio el uso de las enaguas, que conseguiremos por 21 euros. Curiosamente, en su origen, la enagua de cordón era conocida también como falda, ya que era la única prenda que vestía a la mujer de cintura para abajo. Solían ser muy voluminosas y era la prenda más cara del atuendo femenino. Se identificaban con varios nombres: naguas, saya ... para pasar a llamarse enaguas de lana de revés y de derecho a partir de la conquista de las Islas. Las enaguas de cordón se confeccionaban de rayas ? azules y blancas eran las más usuales - y lisas ? generalmente, de color azul o marrón oscuro.

Y nos quedan los complementos: una sombrera de campesina, en color blanco, que cuesta unos 12 euros. También los hay de esterilla de palma o paja de centeno, aunque éste último solía ser secundario ya que se trata de un material muy duro. Hay mucha variedad de tamaños y modelos de sombreras: copa alta grande y ala media, copa de mediana altura y ala media, copa grande y baja y ala grande, copa media y ala grande y copa alta y ala ancha. Generalmente van adornados con una cinta fina alrededor de la copa, en terciopelo, y también en el borde del ala. El precio oscila entre los 10 euros y los 20.

Quedan otros dos complementos indispensables para un traje sencillo: un pañuelo, que viene a sustituir a la toca, que es un trozo de lino o algodón de dimensiones variables, que se usaba para cubrir la cabeza y el cuello y para protegerlos del sol. Actualmente existen de todos los colores del espectro, y el precio ronda los 3 euros.

El delantal era, y es, una prenda de vestir que tenía la función de proteger la enagua o falda de la suciedad mientras se elaboraban los trabajos del campo o las labores domésticas. Es una pieza que puede ser de diversos tamaños y su precio ronda los 5 euros.

Para la mujer también existe el chaleco, el jaleco, la mantilla y el manto, pero no son elementos imprescindibles para la ocasión.

Tenemos, por tanto, que el módico precio de 90 euros podemos disponer de un traje de romera para la ocasión. "Nada de combinaciones raras ni extrañas. Se puede ir sencilla y apañada a la vez", insiste Santiago Torres.

Obviamente, tanto para unos como para otros, hemos obviado el calzado, pero se pueden conseguir unas botas sencillas de cordones por unos 16 euros.

Los más pequeños

En estos tiempos se fabrica de casi todo. Al punto de que si queremos vestir de romeros a nuestros pequeños, existen unos packs en los que viene el conjunto entero. El de niño es un poco más caro que el de niña pero viene con chaleco y pañuelo. El traje infantil masculino cuesta 25 euros en tanto que el de niña cuesta 14.

Las soluciones al problema

"La solución es de la Administración" señalan los técnicos consultados por La Voz al unísono. "En primer lugar, corresponde al Ayuntamiento de Tinajo velar por el estricto cumplimiento de las normas en el vestir", señala Torres, "ya que si no corremos el riesgo de que la romería pierda su rico valor patrimonial. No sé si la solución pasa por disponer de más técnicos en el trayecto romero e ir avisando o advirtiendo a la gente del cumplimiento de esas normas, pero supongo que controlar a tanta gente no deja de ser complicado?"

En idénticos términos se expresa Félix Hormiga, que se extiende al asegurar que "es a las Instituciones públicas a quienes corresponde el papel de marcar las normas y de emitir los modelos de actuación y de comportamiento. Si alguien va vestido de Armani, por ejemplo, a la Romería, posiblemente vaya bien vestido y con unos ropas muy caros, pero no va en comunión con la estética de la jornada ni de los valores patrimoniales y culturales de Lanzarote".

Otra solución puede ser encargar un traje a un taller, pero hay que disponer de tiempo, y sobre todo, de dinero, para poder hacerlo. Hemos encontrado trajes que superan, con creces los 4500 euros, dependiendo de los materiales que se empleen y, por supuesto, del precio de la mano de obra.

Pues eso, que haciendo un sacrificio por un lado, ahorrando un poquito por el otro, y amarrando un dinerillo por el de más allá, podemos hacer un importante favor a la cultura y a la riqueza histórica de Lanzarote. Pero por encima de eso, si somos capaces de seguir bien vestidos a mitad de trayecto, honraremos nuestras tradiciones y aportaremos nuestro granito de arena a su conservación. Todo sea por Los Dolores. Todo sea por una de las romerías más importantes del Archipiélago.

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