A.A./A.C.
- La empresa Unelco ha vuelto a hacer de las suyas en las últimas jornadas. De hecho, hemos vivido un fin de semana del que se han derivado todo tipo de denuncias que tienen que ver con lo ocurrido el domingo, día en el que no sólo se fue la luz sino que mucha gente se quedó sin todo tipo de electrodomésticos.
- Sí, eso es así, pero creo que al final vamos a encontrar luz en este particular túnel. Ya va siendo hora de que pongamos firmes aquí a Unelco, como en su día hicieron en Cataluña. Cuando uno ve que ocurren cosas como las que pasaron allí o en otras comunidades autónomas no sabe qué pensar, si es que ellos tienen competencias sancionadoras que nosotros no tenemos o qué, no sabemos si es que el Gobierno de España les hace más caso del que hace a Canarias. No sé qué tipo de fórmulas se tienen que usar para que los que tengan competencias en la materia entiendan que a Unelco hay que pararle los pies de algún modo. Espero que esta vez sea la definitiva.
- Si no nos confundimos, está claro que las competencias en materia sancionadora, como en su día las tuvo el Gobierno de la Generalidad, las tiene que tener el Gobierno canario a través de su Consejería de Industria. Por cierto, que la única iniciativa que se ha presentado en el Parlamento hasta este momento ha sido la trasladada por su compañera del Grupo Mixto María Isabel Déniz. ¿Cree que se podrá hacer algo con una multinacional tan grande?
- No sé si es tan grande, porque en Lanzarote está demostrando que es muy pequeña, y esa pequeñez es la que nos está haciendo pagar a todos y la que nos está haciendo que vivamos verdaderas penurias, penurias que no tendríamos por qué pasar teniendo en cuenta el siglo en el que estamos y porque ha tenido tiempo más que suficiente para irse adaptando a la nueva clientela que tenía, que ha ido aumentando muchísimo. Además, no es de recibo que una empresa de la talla de Unelco mantenga una isla como Lanzarote en las condiciones en las que la mantiene. Me parece una falta de respeto total y absoluta que merece una reacción por parte del Gobierno de Canarias o de quien sea. Nos da igual quien lo haga, pero alguien tiene que asumir las competencias de sanción y aplicarlas.
- El caso es que esta empresa, que cobra mucho dinero en Lanzarote, provoca todo tipo de trastornos, incluso a otra empresa tan importante para nosotros como es Inalsa, a la que están causando un daño tremendo.
- Así es, sobre todo porque la mayoría de las veces no avisan de los cortes. Curiosamente, ayer (el martes) sí que avisaron que iban a cortar la luz por un espacio aproximado de tres horas. Cuando avisan, se puede preparar todo para que nada se estropee, pero lo malo es que no siempre se avisa y de repente se produce un apagón como el que vivimos el domingo que luego convierte en una auténtica odisea el que podamos poner en marcha todas las plantas, si es que no se estropea alguna de las piezas de las máquinas.
- Estos días hemos tenido numerosas llamadas de ciudadanos preocupados que no saben realmente si va a servir para algo o no acudir a la Oficina de Consumo del Cabildo a presentar la correspondiente reclamación por los trastornos ocasionados. ¿Hacen bien en denunciar?
- La Oficina de Consumo no tiene poder ejecutivo, pero eso no quita para que la gente acuda allí, porque en algún lado tiene que desahogarse. Eso sí, tampoco estoy diciendo que todo el mundo pase por la Oficina, como no digo que el Gobierno de Canarias y el Gobierno de España no escuche lo que le dice el Gobierno de la Isla. No sería mala idea que al igual que hemos adjuntado todo un dossier elaborado por los técnicos de Inalsa para que se supiera con detalle qué día, hora, durante cuánto tiempo y cuáles fueron los motivos de los apagones; también podríamos llevarles adjuntadas todas las protestas de la gente de la Isla que en buena lógica se está quejando de lo que ocurre. Eso sí, con eso no quiero obligar a la gente a que pase por la Oficina. Esperamos que esta vez el Gobierno tome medidas, porque de lo contrario nos obligarán a que hagamos un llamamiento ciudadano para que se tome una medida más drástica.
- Si el poder político no responde, siempre quedará el poder judicial, ¿no?
- Efectivamente; ya saben que en la última oportunidad que ocurrió algo ya advertimos de que íbamos a ir por la vía penal. O la Consejería de Industria toma cartas en el asunto con lo de los cortes de luz o acudiremos a los tribunales de justicia por la vía penal.
- El pasado fin de semana este diario adelantaba la decisión del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Las Palmas que estudiaba el recurso del PSC contra el decreto que permitió su llegada a la presidenta de la institución. Unos días después vemos que no hay excesivos movimientos políticos, que los socialistas no se mueven de su postura final de apoyar su mandato, ¿no?
- Los socialistas ya manifestaron públicamente que el objetivo de presentar el recurso no era el de cambiar a la presidencia del Cabildo, algo que podía no entenderse por las vicisitudes que pasamos en aquel momento. Los socialistas siempre dijeron que su única pretensión al recurrir la forma en la que llegué a la presidencia era la de aclarar el proceso, para aclarar dudas y para que en el futuro no se vuelva a dar una circunstancia similar, que esperamos que no vuelva a suceder. El Juzgado ha dicho que no se vulneró ningún derecho fundamental y que los servicios jurídicos del Cabildo actuaron estrictamente aplicando la legalidad vigente. Entiendo, como la mayoría de la gente de la Isla, que el tema del recurso del Partido Socialista se ha terminado, aunque tampoco es que haya influido excesivamente en la marcha del Cabildo. No cabe duda de que alguna vez me acordaba y lo veía como una espinita que estaba ahí, pero ya se ha pasado. Insisto en que nunca ha influido en la conformación del grupo de gobierno, y mucho menos me ha influido a mí para trabajar como presidenta. Vamos a pasar página, sabemos lo que ha sucedido, sabemos lo que opinan los tribunales y ahora lo que nos toca es seguir con el trabajo. Hemos hecho tanto esfuerzo para encauzar los principales asuntos que preocupan a los ciudadanos de la Isla que no merece la pena perder el tiempo ni las energías en otra cosa.