La celebración de la procesión marítima de Valterra clausuró este domingo las fiestas en honor a Nuestra Señora del Carmen del barrio marinero.
A las 18.00 horas en la explanada del hospital insular comenzaba la Eucaristía presidida por el párroco de Valterra, Clemente López, dedicada especialmente a los pacientes hombres y mujeres residentes en dichas instalaciones. Durante la celebración estuvieron acompañados por sus familiares, el personal sanitario y teniendo frente a ellos la imagen de Nuestra Señora del Carmen.
Los cantos estuvieron amenizados por el coro Iris del Mar, formado por mujeres del barrio marinero con el acompañamiento musical del vecino Norbe Cruz. La celebración de este domingo fue muy emotiva como ocurre cada año cuando la imagen está situada frente a los pacientes y familiares que, muy emocionados, no dejan de mirarla.
Finaliza la Eucaristía, se puso en marcha la procesión con destino a Puerto de Naos encabezando la misma la Banda de Música La Unión Musical de Lanzarote, dirigida por el profesor Pepe Artiles. Durante el recorrido al llegar junto al monumento La Luz que nos Guía, una obra del Hijo Predilecto de Lanzarote, Juan Brito Martín, esperaba la imagen de Nuestra Señora del Carmen produciéndose un emotivo encuentro entre ambas imágenes.
Después de escuchar las voces del coro Iris del Mar, Pedro de Armas Rodríguez que había ejercido como párroco en Valterra (años 1974-1982), pronunció unas palabras históricas relacionadas con el asesinato de los siete marineros lanzaroteños que faenaban en aguas internacionales frente a las costas del Sahara Occidental el 28 de septiembre de 1978.
Después de este momento, la procesión puso rumbo al muelle de Puerto de Naos donde esperaba el pesquero El Picao, del armador Francisco Martín Hernández y que este año tuvo el honor de pasear por la bahía de Arrecife a la Patrona de los marineros. Durante el recorrido marítimo, fueron muchas más las embarcaciones que acompañaron el trayecto destacando por la capacidad de pasajeros que pudieron disfrutar de la navegación el catamarán Madre Consuelo, de la naviera Biosfera Express llegado de la isla de La Graciosa patroneado por el capitán Luis Toledo.
Cuando El Picao, que llevaba a la Virgen, llegó a la altura del muelle comercial, todos los barcos hicieron un círculo y pararon sus motores para rezar una oración por los marineros fallecidos en el mar arrojando los ramos de flores poniendo rumbo de nuevo a Puerto de Naos donde la comitiva regresaba a la iglesia donde Nuestra Señora del Carmen hacía su entrada entre vítores y aplausos poniendo el broche final los fuegos artificiales.
