El drama de la crisis económica no sólo se traduce en Lanzarote en casi 16.000 personas en paro. Por desgracia, los desahucios están afectando a muchas familias en la isla, que se están quedando sin casa y, además, tienen que seguir afrontando la hipoteca. Los Juzgados de Arrecife, especialmente los cinco de primera instancia, ven esta realidad a diario. Según fuentes judiciales, cada uno de ellos celebra unas 15 subastas al mes, aproximadamente. Es decir, cada 30 días salen a subasta alrededor de 75 viviendas en Lanzarote.
Precisamente, desde estos juzgados aseguran a La Voz que con la crisis "han aumentado de manera espectacular la celebración de subastas". "Son muchas las personas que se han quedado sin trabajo, han empezado a tener problemas para pagar la hipoteca y finalmente el banco les ha embargado la casa", indican. La ejecución de hipotecas empezó a crecer a partir de los años 2006-2007, antes "prácticamente no se veían". Y, en los últimos años, los desahucios son constantes.
En Lanzarote, estos desahucios afectan fundamentalmente a personas que firmaron su hipoteca a principios del año 2000, "cuando la burbuja inmobiliaria estaba en su máximo esplendor". De ahí que a los afectados les quede mucha parte de este préstamo por pagar, ya que en la última década se han firmado hipotecas "a 20, 30 o, incluso, 40 años". "Hay desahuciados que sólo han pagado al banco durante los primeros tres o cuatro años", indican.
Cuando los afectados llegan a esta dramática situación, cuando no pueden hacer frente a los pagos, el banco les embarga la casa, que acaba adjudicándose, normalmente, la propia entidad bancaria a través de una subasta. A partir de ahí, se dicta un auto y en "tres o cuatro meses tienen que abandonar sus casas".
La Voz de Lanzarote presenció varias subastas en uno de los juzgados de primera instancia de Arrecife, a las que no asistió ningún postor y sólo acudió personal de los bancos con los que habían contraído las hipotecas los desahuciados.
En el primero de los casos, el procurador del Banco Español de Crédito se adjudicó la vivienda por 99.626,14 euros. A la siguiente subasta sólo asistió la procuradora de la Caja Insular de Ahorros, que se adjudicó varias fincas independientes por valor de 146.000 euros. "Todas las casas se las están quedando los bancos, que incluso han creado sociedades paralelas que se encargan de la gestión inmobiliaria", afirman.
La entidad bancaria tiene la posibilidad de adjudicarse la vivienda, como mínimo, por el 60 por ciento de su precio. "Puede adjudicársela por el 50 por ciento del valor de la finca, pero para ello tiene que haber postores y es más complicado, ahora eso ya no se ve", explican a La Voz durante la subasta.
Subastas sin postores
Y es que, según fuentes judiciales, hace unos años eran muy poco habituales las subastas de inmuebles en Lanzarote, pero en las que se celebraban "se notaba la presencia de postores". "Puede pujar cualquier persona física o jurídica, pero últimamente no se ven postores porque la deuda que los desahuciados han adquirido con el banco es muy elevada y no les sale rentable", indican.
"Los postores quiere invertir, son oportunistas que vienen cuando ven negocio y ahora el negocio no existe, porque al banco igual se le debe el 80 por ciento de la hipoteca y, evidentemente, la entidad financiera no va a consentir que se puje por menos de esa cantidad", aseguran. "Los postores no invierten 3 euros para sacar 3,05 euros, invierten tres euros para sacarle seis", ejemplifican.
Además, las condiciones para el postor y para la entidad bancaria no son las mismas a la hora de acudir a la subasta. Mientras el postor debe presentar el resguardo del 30 por ciento del valor de tasación del bien a subastar, que ha debido depositar previamente en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones, el banco no tiene la necesidad de consignar cantidad alguna de dinero.
Dación en pago
Ante la dramática situación por la que atraviesan todas estas familias desahuciadas, el miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en Lanzarote, Rafael Partela, considera que "estas tragedias se solucionarían con la dación en pago". Esta medida se aplicaría en los casos de residencia habitual y así, cuando el banco ejecute la hipoteca y se quede la vivienda, la deuda "quedaría liquidada".
"Esto es lo lógico, que con la entrega de la casa quede cancelada la hipoteca. El banco nunca pierde porque recuperar la vivienda y la vuelve a poner en venta. Su negocio sigue siendo redondo", afirma, al tiempo que defiende la modificación de la ley.
Partela considera que lo que está ocurriendo en España con los desahucios "es terrible". "Los bancos son unos sinvergüenzas, viven de la usura, de ganar dinero a costa de las desgracias de los demás. Nunca pierden, tienen beneficios multimillonarios, se quedan con los pisos de la gente y los vuelven a vender", denuncia.
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