Un avión de la compañía Spanair que realizaba en la madrugada de este miércoles un vuelo entre Madrid y Gran Canaria tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Sevilla tras producirse un incendio en uno de sus motores. El incidente provocó el pánico entre los pasajeros. Muchos de ellos llegaron a conectar sus teléfonos móviles para ponerse en contacto con sus familiares e incluso saltaron las mascarillas de oxígeno.
El vuelo tenía previsto salir hacia las 21:30 horas del aeropuerto de Barajas, aunque sufrió un retraso de cuatro horas. Sobre las 01:30 horas de este miércoles, pudo salir en dirección a Gran Canaria y una hora más tarde se produjo el incidente. Según testigos presenciales contactados por ACN Press, un fuerte olor a quemado alarmó a los pasajeros.
Seguidamente, se detectó el incendio en el motor, que era perfectamente visible para los propios viajeros, entre los que cundió el pánico. Las mascarillas saltaron entre los gritos del pasaje y algunos viajeros conectaron sus móviles para intentar contar lo que estaba pasando.
El piloto decidió, al conocerse el incendio, realizar un aterrizaje de emergencia en Sevilla, que finalmente se produjo hacia las 03:00 de la madrugada. Los pasajeros, algunos de ellos muy molestos con Spanair por el trato recibido, permanecieron en el aeropuerto de San Pablo el resto de la noche, hasta que a las 08:00 de la mañana, hora canaria, tomaron un vuelo hacia Gran Canaria, donde se prevé la llegada hacia las 10:10 horas.
Por su parte, el portavoz de la compañía, Carles Fernández, aseguró en declaraciones a ACN Press que el vuelo salió de Madrid con tres horas de retraso por la congestión aérea en el aeropuerto de Gran Canaria a causa de la huelga de celo de los controladores. También explicó que el sistema informático del avión, a la hora y cuarto del vuelo, detectó una filtración de acéite en el motor, por lo que el comandante decidió hacer el aterrizaje de emergencia "como manda el protocolo", afirmó.
Ya en Sevilla, acudieron al encuentro del avión en la pista los servicios de emergencia, aunque no fue necesario utilizarlos, explicó Fernández. El portavoz de Spanair admitió que los pasajeros "sí que olieron a quemado". En cambio, asesguró que en el informe del comandante que remitió a Aviación Civil se habla de "normalidad" y de "total colaboración de los pasajeros", sin reconocer que saltaron las mascarillas de oxígeno y que hubiese pánico a bordo.
De los viajeros que partieron inicialmente desde Madrid, todos tomaron el vuelo desde Sevilla a Gran Canaria, que se realiza en estos momentos en otro avión de Spanair, excepto uno de ellos.
ACN Press