Compró el billete de avión el 25 de enero con Spanair. Tenía que viajar sola a Bilbao este martes a las 11.00 horas. A su padre le operaban el miércoles en la Clínica Universitaria de Pamplona. "No llego a su operación por culpa de Spanair. Me he tenido que comprar con mi dinero otro billete a Bilbao con Air Europa para el miércoles. No llegaré a Pamplona hasta el miércoles por la tarde-noche", señalaba a La Voz este martes la lanzaroteña Sandra María Rivas, una de las muchas afectadas por el cese de la compañía aérea.
Spanair cesó su actividad de repente y sin previo aviso el pasado viernes. Hasta ese día, seguía vendiendo billetes en su página web. Nada hacía presagiar lo que ocurrió en la tarde del viernes, cuando la empresa decidió no volar más y suspendió todas las operaciones. Ni siquiera los trabajadores, que están en una especie de "limbo", en el que no saben ni qué hacer, ni qué será de ellos. Y, encima, tuvieron que atender a los pasajeros, que se mostraron "solidarios" ante la dramática situación de los empleados.
Sandra se enteró por televisión del cierre de Spanair. "Lo primero que escuché es que se suspendían los vuelos y pensé que era por el temporal que afectaba a la península. Luego ya me enteré de la quiebra de la compañía y vi que iba a ser un gran problema", señala. Automáticamente, Sandra intentó ponerse en contacto con la compañía. Llamó al número de teléfono que habilitó Spanair para los afectados, el 902131415. "En un primer momento, ni me cogían el teléfono, no había manera, tampoco con Aena. El sábado por la mañana volví a llamar a la compañía y estuve como 15 minutos esperando a que me pasaran con alguien", relata Sandra.
Desesperada, se plantó en el aeropuerto de Guacimeta a buscar una explicación. "Fui al mostrador de Aena y no sabían nada, sólo tenían un comunicado de Spanair. Pero no sabían ni si me iban a devolver el dinero del billete, si me iban a reubicar? nada. No tenían noticia ninguna", señala. Tras ello, se dirigió al mostrador de Spanair. "Ni siquiera ellos se podían comunicar con la compañía. Se enteraron de que habían sido despedidos por compañeros del aeropuerto y por televisión. Fíjate los pobres. Y, pese a ello, fueron muy correctos e hicieron todo lo que pudieron", asegura Sandra María Rivas. "Para el papelón que tenían, no me puedo quejar de la atención que me dieron los trabajadores de Spanair".
Reembolsar el billete
Sandra no tuvo ni que pedir la hoja de reclamaciones a la compañía. Se la facilitaron directamente los empleados de la empresa. Pero no obtuvo ningún tipo de solución. Nadie sabía qué decirle. "Lo único que he podido hacer es comprar un billete nuevo con Air Europa. Me ha costado 52 euros en vuelo directo. La única opción que me daba Spanair era coger otro vuelo con otra compañía que tenía tres escalas, debía hacer noche en Madrid, y costaba 260 euros", afirma.
"Espero que Spanair llegue a un acuerdo y reembolse los pasajes. Yo tenía hasta el seguro contratado. Eso sí, para nada, porque no cubre la quiebra de la compañía, sólo cubre la anulación del vuelo. Y digo yo: ¿No me lo han anulado? Y también exijo que me reembolsen el billete de Air Europa, porque yo me he tenido que comprar otro por su culpa", solicita.
Sandrá está "muy calentita" con toda esta historia. "Me han destrozado mis planes. He gastado un montón de teléfono y de tiempo. Nadie me ha mandado un email para decirme que se había cancelado el vuelo. Es una vergüenza", denuncia.
Problemas de conectividad
Esta lanzaroteña afirma que la conectividad aérea puede convertirse en un problema para Lanzarote. "Los canarios no tenemos facilidades para salir de aquí, sólo por vía aérea. El barco no sale todos los días desde la isla. Están cancelando rutas, como la de Air Europa a Barcelona. Cada vez estamos más aislados", lamenta Sandra.
Con el cierre de Spanair también se ha suprimido una ruta diaria a Madrid, que transportaba a la semana a cerca de 2.100 pasajeros. La compañía también operaba desde Guacimeta con Barcelona y Bilbao pero sólo en verano. "Nos cogió de sorpresa", reconoció la consejera de Turismo del Cabildo de Lanzarote, Ástrid Pérez, que se mostró "preocupada por la conectividad de la isla". No obstante, confió en que "los slots perdidos sean ocupados por otras líneas aéreas". "Esto es un varapalo y espero que no haya otra compañía que suspenda su actividad como lo ha hecho Spanair, porque entonces sí tendríamos un problema grave de conectividad", indicó Pérez.
La consejera confió en que otras compañías, como la nueva apuesta de Iberia, es decir, Iberia Express, o Vueling se hagan cargo de las rutas que ha dejado Spanair. Lo mismo espera la presidenta de Aetur, Susana Pérez, que también considera que es una "mala noticia" el cese de Spanair para la isla de Lanzarote. "Hay un déficit de rutas con la Península y esto hace aumentar más el problema", indicó, al tiempo que invitó a otras compañías a hacerse cargo de las rutas canceladas, porque son trayectos "con un alto porcentaje de ocupación".
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