Los profesores del IES César Manrique no cejan en su empeño de denunciar la difícil situación que atraviesa el centro después de que el director del mismo supuestamente sufriera una agresión por parte de la madre de un alumno.
Por este motivo, tras la reunión mantenida esta mañana, decidieron iniciar los trámites para realizar algún tipo de paro o huelga en el instituto. Aunque la decisión es firme, el próximo lunes volverán a mantener un encuentro para concretar mejor el proceso a seguir.
Esta es la decisión de los educadores del centro después de que esta semana recibieran la visita del viceconsejero de Educación del Gobierno de Canarias Fernando Hernández que se reunió con el director del IES César Manrique.
Durante el encuentro el responsable de Educación mostró su apoyo moral y jurídico ante la situación, aseguró que se trata de un hecho lamentable aunque al mismo tiempo excepcional y solicitó que el centro vuelva a la normalidad para que el instituto recupere su ritmo habitual de trabajo con las líneas de sosiego y tranquilidad que deben caracterizar a la comunidad educativa.
Preocupados
Por su parte, los profesores del centro opinan que necesitan contar con este respaldo a través de algún escrito que así lo demuestre.
Además, se muestran preocupados por el ambiente que desde hace días vive el centro. Pero la situación de incertidumbre también afecta a los padres y alumnos. Un problema que todos desean termine lo antes posible porque nadie sabe qué es lo que puede pasar en el futuro y todos temen que la situación se agrave con el paso del tiempo al ver que no hay visos de solución.
Antecedentes
El pasado 27 de octubre y según la versión de los profesores, los padres de un alumno se personaron en el centro para exigir la admisión de uno de sus hijos, ya que había sido expulsado durante tres días como consecuencia de agredir a un compañero, falta considerada como grave en el Reglamento de Régimen Interno del Centro.
Parece ser que la madre del alumno sancionado esperó la salida del coche del director del instituto y le persiguió con su vehículo por varias calles de la ciudad, acosándole de forma inadmisible y llegando a amenazarle. Ante esta intimidación, el director, en lugar de dirigirse a su domicilio, acudió a la Comisaría de Policía para formular la correspondiente denuncia.
A partir de ese momento se abrió un procedimiento conciliador al que podía acogerse la familia en cuestión. El proceso consiste en ir al centro, dar explicaciones, hablar con el tutor, con el jefe de estudios y con el director para intentar poner solución al problema con educación y de forma pacífica.
Incoación del expediente
El plazo para el proceso conciliador terminó el pasado lunes. Como los padres no se personaron en el centro con ganas de resolver el conflicto se pasó a una segunda fase que es la incoación del expediente.
Esto supone que se nombra a un juez instructor, que es un compañero del centro, y que debe valorar si esa falta es grave o muy grave. En función de una u otra valoración, se aplicará una sanción u otra, pero en el caso más grave se puede pedir la expulsión definitiva del chaval del centro. Actualmente el proceso continúa aunque es largo y se extenderá a lo largo del tiempo.