La Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, a través de un convenio de cooperación con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), destina 100.000 euros a la investigación arqueológica en el conjunto arqueológico de Zonzamas, en el municipio de Teguise. Se trata de un proyecto de investigación sistemático, con una vigencia inicial de cuatro años, que permitirá profundizar en la materialidad de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la isla de Lanzarote.
Durante las dos últimas décadas se han desarrollado en Zonzamas intervenciones puntuales que han contribuido a ampliar el conocimiento sobre el poblado aborigen, la preservación de sus estructuras y la identificación de su elevado potencial científico. Sin embargo, el enclave carecía hasta ahora de un proyecto de investigación a largo plazo, a diferencia de otros yacimientos de similar relevancia del archipiélago.
En este sentido, el convenio constituye un “instrumento necesario para garantizar una investigación arqueológica rigurosa, sostenible y estable, que redunde en la protección y conservación de uno de los conjuntos arqueológicos más singulares de Canarias”, explica la consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín. Con este acuerdo, añade, “se reconoce la calidad de la labor científica desarrollada desde las universidades públicas canarias”.
Actuaciones
Las actuaciones previstas en el marco del convenio se centran en la investigación y la difusión. De esta forma, no solo se pretende profundizar en el conocimiento sobre la sociedad aborigen de Lanzarote, sino también acercar los resultados de estas intervenciones a la ciudadanía.
Por un lado, la investigación se lleva a cabo, en primer lugar, a través de prospecciones superficiales, sondeos y excavaciones en extensión. A estas actuaciones principales se suman las labores de restauración y consolidación de las unidades exhumadas, así como el estudio de materiales arqueológicos vinculados a la cultura material, la arqueobotánica, la arqueozoología, y otras analíticas específicas como Carbono 14, isótopos estables y micromorfología.
Por otro lado, la difusión está enfocada en recursos informativos en el propio yacimiento, así como la integración de los resultados obtenidos en el futuro museo arqueológico de sitio. Además, también se contempla la creación de recursos educativos, materiales didácticos y medios audiovisuales para centros escolares y público general.
Cabe destacar que la ULPGC cuenta con el Laboratorio de Arqueología más completo de las islas, cofinanciado por el Gobierno de Canarias, con equipos, instalaciones, material y personal investigador especializado en la aplicación de técnicas avanzadas de documentación arqueológica y conservación del patrimonio cultural.
Con la firma de este nuevo convenio, el Gobierno de Canarias lidera la investigación en dos de los enclaves más importantes de Lanzarote a nivel arqueológico: Zonzamas y San Marcial de Rubicón. Se trata de una iniciativa que forma parte del compromiso de la Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura con la recuperación y difusión del legado histórico del archipiélago, en cumplimiento de los principios y objetivos establecidos en la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias.
Conjunto Arqueológico
El conjunto arqueológico de Zonzamas engloba distintas tipologías de yacimientos como las casas hondas, entre las que destaca el “Palacio de Zonzamas” también llamado la “Cueva del Majo”. En algunas de estas estructuras se conservan grabados rupestres, restos de malacofauna, fragmentos cerámicos, huesos de animales y herramientas vinculadas a la cultura de la sociedad maja.
El poblado se organizaba en torno a un núcleo central compuesto por construcciones semisubterráneas protegidas por una muralla de piedra. Aunque se desconoce con exactitud la función de estas edificaciones, se les han atribuido distintos usos, como espacios de almacenamiento o de reunión.
A cierta distancia del asentamiento se localiza la “Quesera de Zonzamas”, un conjunto de manifestaciones rupestres formadas por canales longitudinales labrados en bloques basálticos. Según el personal experto, estas “queseras” pudieron ser destinadas a prácticas rituales, actividades cotidianas como la molienda o a la captación y almacenamiento de agua.
En el entorno inmediato del poblado se sitúa también la conocida como “Piedra del Majo”, un área con abundantes grabados líbico-bereberes, podomorfos y otros símbolos de época prehispánica.










