La directora del Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido, Elena Villagrasa, ha visitado Lanzarote con motivo de los actos de celebración del 50 aniversario de la declación de Timanfaya como Parque Nacional, donde ha narrado cómo es la gestión de este espacio natural protegido, el octavo más visitado del país, según los datos del año 2022.
La creación de guaguas lanzadera para acceder al Centro de Arte, Cultura y Turismo de Montañas del Fuego, en Timanfaya, ha formado parte de una de las principales ideas para solucionar las colas frecuentes en la entrada al centro. Sin embargo, aún no ha llegado a aplicarse como medida. En este Parque Nacional, el cuarto más visitado del país, son frecuentes las imágenes de turistas caminando u orinando sobre las coladas de lava, a pesar de estar prohibido, en temporadas de mayor asistencia.
Volviendo a Ordesa y Monteperdido, situado en el Pirineo oscense, este lugar funciona desde finales de los años noventa con un sistema de guaguas lanzadera durante la temporada de alta demanda para garantizar que no se superen los 1.800 visitantes establecidos como tope por el plan de gestión del parque. Este método no se aplica en todo el espacio protegido ni todo el año, solo se lleva a cabo en el Valle de Ordesa y durante los puentes, Semana Santa y los meses de verano, donde suelen llegar más visitantes.
"Es bastante sencillo de organizar porque solamente tiene un punto de acceso y de salida", explica Villagrasa durante una entrevista con La Voz. Las guaguas lanzadera salen desde el pueblo Torla Ordesa y es el propio ayuntamiento el que se encarga de gestionar el calendario. "Hay servicios lanzadera desde el pueblo de Torla Ordesa hasta el corazón del Valle de Ordesa, que es en la pradera de Ordesa", explica la responsable de este espacio.
De esta manera, en el acceso a la guagua se venden los billetes de ida y vuelta por seis euros, para cubrir los gastos del transporte y que no salga de las arcas municipales. En total, hay disponibilidad para que 1.800 personas puedan estar al mismo tiempo en este espacio y una vez se completa el aforo, se cierra el acceso y "ya no se vuelve a abrir el servicio hasta que empieza a bajar la afluencia de la visita".
La gestión del parque nacional y este ayuntamiento se coordinan para establecer el calendario de guaguas lanzadera. Incluso barajan seguir ampliando el periodo de funcionamiento de este control de acceso. "Estamos viendo que es la mejor medida de gestión para la conservación y estamos detectando un mejor funcionamiento de todos los servicios e incluso de la satisfacción del visitante", continúa.
Cuando se activa el traslado en guaguas lanzadera también los residentes deben utilizar este servicio, salvo casos excepcionales. Entre ellas, personas con diversidad funcional, propietarios de fincas privadas dentro del Parque Nacional, los camiones de suministro que reparten material al restaurante que hay en la zona e investigadores pueden acceder en sus propios vehículos con una autorización especial y siempre detrás de la guagua lanzadera.
Mientras tanto, el acceso a esta parte del Parque Nacional sí se mantiene abierto para aquellos que quieran hacer la ruta caminando a través de Turieto Bajo, que es un recorrido alternativo.
Un cambio en los periodos turísticos
Villagrasa expone que la llegada de viajeros al Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido ha ido en aumento desde la caída de visitantes durante el año de la pandemia. "Tampoco ha aumentado de forma exagerada porque en julio y en agosto ya venía muchísima afluencia de gente, pero la visita se ha repartido en todos los meses del año", añade.
Cierto es que, a diferencia del Parque Nacional de Timanfaya, el clima supone un impedimento para lo visitantes, dependiendo de la intensidad del invierno o las lluvias del otoño el número de visitas puede crecer.
Para la responsable de este lugar, es fundamental la comunicación que se da desde el Parque a través de la web y redes sociales. "Salimos ganando todos, los visitantes, gestores y, por supuesto, la conservación del espacio", añade. En este sentido, Elena Villagrasa señala que las reservas en línea ayudan en la planificación "porque ya viene la visita de forma ordenada, en día y casi que en hora".
La moda de incumplir la ley
A pesar de los controles de acceso, la llegada de visitantes también trae consigo casos mediáticos, donde algunos creadores de contenido de redes sociales se saltan la normativa en el parque para grabarse y conseguir más interacción en redes sociales.
"Hemos tenido un caso de una tiktoker que subió un vídeo grabándose con un perro suelto, se bañó y lo difundió. Esto es solo la punta del iceberg porque hay muchos que lo graban y luego es muy complicado por parte de las autoridades llegar a identificarles, a denunciarles y que esa sanción prospere", explica.
En este sentido, señala que este tipo de comportamientos promovidos en las redes sociales están dificultando la conservación de los espacios naturales.








