La Comunidad Energética El Sol de La Graciosa ha denunciado públicamente la tramitación de un nuevo deslinde marítimo-terrestre impulsado por la Dirección General de la Costa y el Mar que, de prosperar, tendría un impacto “crítico y asfixiante” sobre Caleta del Sebo, el único núcleo poblacional de La Graciosa. La entidad advierte además de que esta medida podría convertirse en un precedente preocupante para otros enclaves costeros consolidados de Lanzarote, como Punta Mujeres, Arrieta o La Santa.
Según el colectivo, la propuesta de ampliar la servidumbre de protección hasta los 100 metros se está gestionando sin un proceso real de información pública ni participación ciudadana, generando una grave inseguridad jurídica y social en un territorio que ya cuenta con uno de los mayores niveles de protección ambiental del Estado. La ampliación supondría, en la práctica, la prohibición del uso residencial y alojativo en buena parte del pueblo, comprometiendo su viabilidad presente y futura.
Desde El Sol de La Graciosa recuerdan que Caleta del Sebo ha sido reconocido históricamente como núcleo urbano por diferentes instrumentos de planificación insular, autonómica y estatal desde los años sesenta, así como por el planeamiento municipal vigente. Asimismo, subrayan la contradicción existente entre la gestión del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, que reconoce la singularidad del pueblo, y la intervención de Costas, que —según denuncian— “estrangula” su desarrollo.
El presidente de la comunidad energética, Nahum Cabrera, ha alertado del impacto social y cultural de la medida: “Costas nos quiere quitar nuestras casas, que forman parte de la historia y la memoria de La Graciosa. Hacerlo así, de forma arbitraria y sin consenso, destruye la identidad de nuestra tierra”.
La entidad también advierte de que esta situación pone en riesgo proyectos europeos de sostenibilidad actualmente en marcha en la isla, orientados a la autonomía energética y la economía circular, lo que consideran una paradoja: se exige sostenibilidad mientras se limita la posibilidad de vivir y planificar el territorio.
Ante este escenario, la Comunidad Energética El Sol de La Graciosa promoverá mociones urgentes en el Cabildo de Lanzarote y en el Ayuntamiento de Teguise para exigir una revisión técnica y legal del deslinde, la apertura de un diálogo participativo y un compromiso institucional claro con el futuro del pueblo. “El futuro de La Graciosa no puede decidirse en despachos ni imponerse sin consenso”, concluyen.








