El Concurso de Radio Lanzarote dedicado a los Centros recibe los primeros microrrelatos

El plazo para participar en la décima edición está abierto hasta el 31 de agosto

20 de julio de 2020 (20:57 CET)
Jardín de Cactus

El Concurso de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero, dedicado en su décima edición a los Centros Turísticos, ya ha recibido sus primeras historias. 

El plazo para participar en el certamen continuará abierto hasta el 31 de agosto. Hasta entonces, los interesados pueden enviar sus relatos al email concursorelatos@lanzarotemedia.net, con una extensión máxima de 100 palabras, incluido el título en el caso de que lo lleve.

En esta ocasión, se propone escribir un relato que tenga lugar en el interior de alguno de los Centros Turísticos de Lanzarote, bien sean las Montañas del Fuego, Jameos del Agua, la Cueva de los Verdes, el Monumento al Campesino, el Jardín de Cactus, el Mirador del Río o el MIAC-Castillo de San José. 

Cada autor podrá enviar un máximo de cinco relatos, que podrá firmar con pseudónimo, aunque deberá indicar siempre un nombre y un teléfono de contacto. os relatos se irán publicando por orden de recepción en La Voz de Lanzarote y se leerán en el espacio 'Lectura en la Radio' de Radio Lanzarote-Onda Cero.

Del fallo del certamen, que se hará público en la segunda quincena de septiembre, se encargará un jurado formado por periodistas de Radio Lanzarote-Onda Cero y La Voz de Lanzarote. El ganador recibirá un premio de un fin de semana para dos personas en el Hotel Boutique Isla y el Mar de Puerto del Carmen, mientras que el segundo premio consistirá en una cena para dos personas en el Castillo de San José y el tercer premiado se llevará una comida para dos personas en el Monumento al Campesino.

Además, en esta ocasión también habrá premio para el cuarto clasificado, que podrá disfrutar de una experiencia Premium en los Centros Turísticos.

 

Desde el mirador

He subido al mirador, sé por dónde se fue, la dirección es buena.

Las vistas son amplias porque no hay bruma, hace tiempo desde que vine. Famara, el jable, La graciosa, Alegranza, los roques. Más allá el mar, estoy mirando en la dirección correcta, pero no te veo, tan lejana.

Me dijeron “nada dura eternamente”, ¿quién inventó esa mierda? Sangro por la herida que me hiciste al marchar; esto también terminará, pero cuándo.

Quizá puedas verme tú, ahora estoy en lo alto, pero estás lejos, más cada vez. Ojalá pudiera verte, no te volveré a ver.


Diablo Timanfaya

Él susurró del viento, una niebla muy temprano en la mañana las cubre, llenas de lava pero dormidas en las entrañas de los volcanes.

-Una entrada, por favor.

El señor me sonríe.

La niebla desaparece y un sol brillante las observa.

Subo silenciosa, pero queriendo llegar a cada rincón de aquel bello paisaje, entre el murmullo de tanta gente un calor recorre mi cuerpo; me detengo y observo una silueta, mi mente se conjuga; no recordaba a ese diablo tan hermoso.

A partir de ahora mi alma y mi corazón le pertenece.

Su nombre, Timanfaya.

El mío Lanzarote.


Sin Título

Cuando se incorporó, no había nadie a su lado. Todos los que le acompañaban en la excursión habían desaparecido y hasta el cielo parecía distinto.

- ¿Quién eres? ¿Cómo has llegado aquí? – dijo la voz en su cabeza.

- Soy Cesar, no lo sé. Solo me agaché a tocar una piedra verde que brillaba.

- Ah, la olivina. Has encontrado la puerta. Eres el segundo Cesar que lo hace.

- ¿Quién eres tú?

- Yo soy el pastor de volcanes, señor del fuego. Hay quien me llama diablo. Vuelve ahora con los humanos.

- ¡Cesar! Espabila que nos vamos.


Volverá

Era una niña muy común, apenas llamaba la atención.

Pero después de días viniendo, era imposible no acordarme de su rostro, más cuando se quedaba durante horas mirando cada punto del océano y La Graciosa. Pensé que la niña se había quedado fascinada con las vistas.

La intriga me mataba por dentro, así que me acerqué y le pregunté.

-Espero a mi padre, me dijo.

Llevaba años fugitivo, escondiéndose del franquismo. Ya que había abandonado su puesto de trabajo, justo donde estábamos la niña y yo.

Antes de ser el mirador, fue una batería militar.

-Me dijo que volvería.


In vitro

Mientras la guía respondía con entusiasmo, Damiana decidió retroceder unos metros en busca de silencio. Cuando por fin encontró el espacio adecuado fue consciente del salvajismo de la naturaleza y de la quietud solemne. En ese instante hizo un símil de lo que estaba viviendo con la concavidad volcánica. La Cueva de los Verdes representaba para ella el In Vitro. Reflexionó sobre el entorno adecuado para que el óvulo acogiera agraciadamente el espermatozoide y pudiese crear vida, y si ella tendría algún tipo de responsabilidad para que su célula estuviera feliz en ese tubo silencioso y transparente.


Cactus

Pasados los años, Manuela volvió a aquel hermoso paisaje donde la sonrisa de su madre brilló como nunca. Recordó el agradable paseo por el jardín y el espectáculo ofrecido.

Ella, mirada tierna, le susurró algo que jamás olvidó: “Debemos proteger nuestro corazón, como los cactus defienden la reserva de agua con sus espinas”. A los pocos meses su madre partió hacia el país lejano sin regreso.

Pronto entendió el significado de las inteligentes palabras que siguen siendo su guía.

Ahora, frente al molino y alzando su vista al cielo, revive aquel delicado momento; Persona-Cactus, simbiosis eterna.


Sin Título

Las Gotas del rocío van dibujando formas en el cristal del castillo, Mr.Jameos las observa, mientras escucha los volcanes en erupción y gotas que se ciernen sobre los cactus del jardín. No entiende porque es prisionera de ese sortilegio sin explicación un forastero está en ella Los CACT de Lanzarote deciden acabar con el indeseado visitante, una vez en la capital ven las marquesinas de la parada de guaguas que se mueven inarmónicamente. Se diría que es un día aciago para todos, intimidante para quienes tienen la necesidad imperiosa de salir con la opción de permanecer en sus casas.


Oda

En las noches de luna nueva, el Campesino engalanado con tanques de antiguos pesqueros busca a su amada de ropajes apagados por Helios dominante.

Esfuerzo sin tregua, paisaje árido en tierras volcánicas.

Pasado el tiempo; lucha y esfuerzo enlazados, amanecen en fecundidad rebosante.

Vides transformadas en placer que Baco ofrece a caminantes. Ambrosía cálida de felicidad y dulzura frente a La Geria.

El alba asoma. ¡Vuelve!

Ahí estás, alzado entre rocas. Erguido sobre tu animal de carga, atisbando sin reposo. Siempre sin bajar la guardia.

Custodia sin descanso, orando por tu amor errante.

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