Mujer rural: rostros invisibles detrás de la tierra

Por Elena Máñez Rodríguez Celebramos este sábado, 15 de octubre, el Día de la Mujer Rural, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2007 para reconocer la función y contribución decisivas de la mujer rural en la ...

14 de octubre de 2011 (18:05 CET)
Por Elena Máñez Rodríguez
Celebramos este sábado, 15 de octubre, el Día de la Mujer Rural, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2007 para reconocer la función y contribución decisivas de la mujer rural en la ...

Celebramos este sábado, 15 de octubre, el Día de la Mujer Rural, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2007 para reconocer la función y contribución decisivas de la mujer rural en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.

Según la ONU, las mujeres realizan la mayor parte de las tareas agrícolas en el mundo. Sin embargo, la invisibilidad de las mujeres en el medio rural sigue siendo una realidad. La mayoría de las mujeres, pese a que representan hasta un 70% de la mano de obra agrícola, no poseen ni controlan tierra alguna. Las mujeres rurales poseen menos del 10% de la propiedad de los países desarrollados y el 2% en los territorios en vías de desarrollo.

La celebración de este día nos permite recordar cuál ha sido la aportación de las mujeres rurales al desarrollo socioeconómico de Canarias. Las mujeres en el medio rural han sido agricultoras, ganaderas, queseras, tejedoras, cesteras, loceras, y un largo etcétera. No obstante, han visto limitado su desarrollo personal y su posición socioeconómica por el peso de los roles de género, que abocaba a las mujeres al ámbito privado, a lo doméstico, a lo invisible, al no reconocimiento.

La última Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrícolas recoge que del total de personas titulares de explotaciones agrícolas en Canarias, únicamente el 23% son mujeres. Con respecto a jefes de explotaciones agrarias, las mujeres representan el 20%. Asimismo, el mayor porcentaje de mujeres titulares se corresponde con las explotaciones de menor tamaño, lo que precariza aún más la situación económica de las mujeres en el medio rural.

La invisibilidad y la falta de reconocimiento de las mujeres rurales en el trabajo productivo siguen estando presentes. La falta de reconocimiento al trabajo que realizan las mujeres en las explotaciones familiares, al considerase una mera "ayuda", repercute en la autoestima y posición social de las mujeres rurales, además, de privarlas de los beneficios inherentes al trabajo remunerado. Las mujeres han demostrado ser una mano de obra muy flexible, ya que en muchas ocasiones no solo trabajan en la explotación familiar, sino que además lo compatibilizan con un empleo en otro sector de actividad, así como con el cuidado de hijos e hijas y con el trabajo doméstico. Es importante avanzar también en la corresponsabilidad, la igualdad se construye de forma importante en las relaciones de pareja, no podemos avanzar en un modelo social sostenible si las tareas domésticas y de cuidado siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres.

En los últimos años se han producido avances legislativos importantes en materia de igualdad, como la reciente aprobación de la Ley sobre titularidad compartida de las explotaciones agrarias, que supone el reconocimiento jurídico y económico de la participación de las mujeres en la actividad agraria y acabar con una situación de discriminación histórica y de invisibilidad de su trabajo en la explotación familiar. Sin embargo, tenemos también que avanzar hacia una mayor presencia de mujeres en los puestos de toma de decisiones; las mujeres rurales participan activamente en la vida de sus pueblos como dinamizadoras comunitarias y, sin embargo, su presencia es menor en organizaciones agrarias o empresariales o en los grupos de desarrollo.

Pese a las dificultades, las mujeres rurales están mostrando una gran capacidad de innovación y contribuyen activamente en el desarrollo local, por lo que es nuestra obligación apoyar e impulsar los procesos de dinamización. En este sentido, el Instituto Canario de Igualdad está elaborando el Plan Estratégico de Igualdad del Gobierno de Canarias, dando cumplimiento al mandato de la Ley Canaria de Igualdad, que señala que los poderes públicos de Canarias integrarán la perspectiva de género en las actuaciones de desarrollo rural, garantizando que estas intervenciones contemplen las necesidades de las mujeres, permitan su plena participación con equidad en los procesos de desarrollo rural y contribuyan a una igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres.

Nuestro objetivo es recabar la participación de las organizaciones con incidencia en el ámbito del desarrollo rural, asociaciones de mujeres rurales, así como de la Consejería competente en la materia, de tal forma, que el Plan pueda recoger sus prioridades y necesidades, de tal forma que nos permita ir construyendo un nuevo modelo de relaciones socioeconómicas en el medio rural, sostenibles desde el punto de vista de la igualdad de género.

*Elena Máñez Rodríguez, directora del Instituto Canario de Igualdad

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