Lanzarote debe triplicar su población

Hugo Ferrer
16 de octubre de 2023 (10:03 CET)
Actualizado el 16 de octubre de 2023 (10:03 CET)

Decía el brillante general George Patton que cuando todo el mundo piensa igual es porque nadie está pensando. Y no le faltaba razón.

Una de las ideas más ampliamente compartida entre la población autóctona y muchos de los recién llegados a Lanzarote, es que la isla está saturada y que hay que reducir el turismo, reducir la población y hasta ¡decrecer económicamente! Esto último lo dijo, con gesticulaciones de telepredicador, el ex vicepresidente del gobierno de Canarias Román Rodríguez, en una visita electoral al Arrecife Gran Hotel antes de las últimas elecciones autonómicas y locales, elecciones en las que los canarios, por suerte, no lo reeligieron. 

Pero es que incluso gente muy alejada de la órbita política de la extrema izquierda pro-decrecimiento, piensa que Lanzarote ha alcanzado algún tipo de limite. Sin embargo, la verdad podría ser la contraria, algo que, yo sepa, no es compartido por nadie.

En los últimos 30 años la población de Lanzarote se ha doblado, desde unos 80.000 habitantes hasta los 160.000 actuales. Si hace 30 años le hubieras preguntado a la gente que pensaba sobre el hecho de que la población se iba a duplicar, te hubieran dicho que sería un desastre económico y social. Y, sin embargo, nada hubiera estado más alejado de la verdad. 

Lanzarote está mejor que nunca y por eso la gente viene a esta isla, no sólo como una opción de turismo sino como una opción de vida. Venir a vivir aquí ya no es una suerte de destierro forzado como se percibía hace décadas, sino que es incluso envidiado por los demás ciudadanos del continente europeo. Hoy en día tenemos mejores infraestructuras, tenemos más oportunidades de ocio, tenemos mejores servicios, mejores restaurantes, mejor salud, más especialidades médicas, mejores conexiones aéreas y, básicamente, mejor de todo. Incluso hoy en día tenemos una sociedad mejor que la de antaño: más cosmopolita, mejor educada y más igualitaria. 

¡Ah sí!, mucha gente dirá cosas como aquello de que antiguamente se vivía mejor o que se con el crecimiento se pierde la autenticidad de "lo conejero". Sin embargo, quienes dicen estas cosas, sólo están movidos por la inercia que como personas nos hace pensar de forma automática que todo tiempo pasado fue mejor. Al fin y al cabo, casi todos añoramos los años dorados de niñez cuando nuestras madres nos daban la merienda, nos rodeaban con sus tiernos brazos y nos decían sinceramente cuánto nos querían mientras nos miraban a los ojos. ¿Qué puede superar a eso?

Pero cuando uno sale de esa inercia se da cuenta de que el presente es mejor que nunca, especialmente en el caso de Lanzarote, una isla que durante toda su historia fue pobre y mísera a más no poder. Una isla donde la gente hace nada bebía el agua de los charcos cuando llovía, si es que llovía. El mejor libro que se ha escrito sobre la realidad anterior de la isla, es el de Tierras Sedientas, publicado en 1921 y obra de González Díez. Nadie debería opinar en favor de limitar o decrecer la economía y población de Lanzarote sin antes leer ese libro. 

Muchos dicen que ahora se vive peor, pero los datos, el sentido común y mi recuerdo dicen lo contrario. La Lanzarote de 2023 es mucho mejor que la de 1990. Y la Lanzarote de 2023 es exponencialmente mejor que la de 1960 antes de que llegara el turismo. Explicado esto ¿por qué creo que Lanzarote debe alcanzar medio millón de habitantes?

Porque ha quedado demostrado de forma empírica que el crecimiento ha sido bueno para todos y, por tanto más crecimiento económico y poblacional, puede terminar de culminar el largo camino que hemos atravesado desde la peor de las pobrezas en el año 1960, hasta vivir bajo estándares europeos 60 años después. 

Tener más población, en el caso particular de una isla que es periférica a las islas centrales de Canarias y que a su vez es periférica al continente europeo, tiene mucho sentido. Aún nos faltan muchas cosas. Aún nos faltan servicios que no vienen porque somos demasiado pequeños. Aún faltan especialidades médicas que no están y que nos obligan a viajar porque somos demasiado pocos. Aún pueden existir más opciones de ocio, culturales y educativas si el mercado de los residente de Lanzarote fuera más grande. Aún podemos tener una población más cosmopolita, más abierta, más avanzada y vibrante si dejamos de ser un pueblo para convertirnos en una ciudad. Es más, si la población fuera mayor, automáticamente reduciríamos nuestra dependencia del monocultivo del turismo porque buena parte de la economía se redirigiría a servir a esa población. 

Obsérvese que no necesariamente he dicho que haya que aumentar el turismo, ya que lo que hay que aumentar en el turismo es sobre todo la calidad, no la cantidad. Y sobre la idea de que no hay espacio para aumentar la población, por favor no me hagan reír. La densidad poblacional de Lanzarote es aproximadamente de unos 200 habitantes por kilómetro cuadrado, un nivel muy moderado. En las zonas urbanas de Lanzarote si hay algo que sobra es espacio. Enormes solares en Arrecife y alrededores, Puerto del Carmen, Costa Teguise o Playa Blanca que pueden acoger a ese crecimiento poblacional sin necesidad de tocar ningún lugar más de la isla. De hecho, ese espacio debería estar construyéndose ya para aliviar las tensiones que existen en el mercado del alquiler. 

Yo quiero que la población aumente porque amo a esta isla y sobre todo deseo que la isla alcance su mejor versión posible con el mayor número de oportunidades para sus habitantes. En el caso de Lanzarote ningún tiempo pasado fue mejor. Nos pueden gustar imágenes del pasado porque nos invade la melancolía de lo que ya se fue. Pero eso no es pensar con la cabeza. Sólo los ya ricos desean que las cosas no cambien porque les va muy bien. Pero si eres de clase media para abajo, deberías desear que hubiera mucho más crecimiento y oportunidades, no lo contrario. 

Por último cabe hablar desde dónde debemos atraer a esa población y qué tipo de población queremos que venga. Por supuesto debemos pescar sobre todo entre conciudadanos europeos que pudieran desear tener una primera o segunda residencia en la isla. Gracias a cómo de barato es el transporte hoy en día, muchos centros de alta densidad poblacional europeos están muy bien conectados con Lanzarote. Lugares como el norte de Italia, Alemania, Reino Unido y, por supuesto, el resto de España. Por supuesto deberíamos atraer a población con alto nivel educativo y con trabajos que puedan desarrollarse de forma telemática para así reducir la dependencia del turismo. Pero también, por supuesto, sobre todo debemos ser una tierra que de la bienvenida a todo el mundo que quiera luchar por su avance y progreso. Porque solo los lugares abiertos y que desean progresar, realmente avanzan para mejor. 

Lo contrario, decrecer, limitar y cerrarse, es propio de los lugares que caminan hacia atrás. Al final tenemos que elegir si queremos vivir mejor o si queremos volver a beber de los charcos. Tú eliges. 

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