Se justificaron dimisiones en cascada hablando de "problemas personales". Se calificaron como"diferentes sensibilidades" los duros cruces de acusaciones entre destacados miembros del partido. Se aseguró que las fuertes ...
Se justificaron dimisiones en cascada hablando de "problemas personales". Se calificaron como"diferentes sensibilidades" los duros cruces de acusaciones entre destacados miembros del partido. Se aseguró que las fuertes diferencias internas en realidad no eran tales, y que sólo había "3 ó 4 díscolos" que no aceptaban las mayorías. Sin embargo, seis meses después de que Coalición Canaria iniciara el debate sobre cómo afrontar la política de pactos tras la ruptura del gobierno PSOE-PIL en la mayoría de las instituciones de la isla, ha quedado de relieve que lo que hay detrás es mucho más que eso.
El partido lleva medio año metido en una encrucijada y ahora, la moción de censura presentada en Yaiza por los ediles de CC, PNL y PSOE ha puesto sobre la mesa la necesidad de encontrar una salida urgente. De momento, la Ejecutiva Insular ha rechazado esta moción de censura, pero sólo por doce votos a ocho. Es decir, un 60 por ciento frente a un 40 por ciento, lo que refleja que no estamos hablando de 3 ó 4 personas críticas con la línea que está siguiendo la dirección insular del partido.
Y por si fuera poco, más evidente aún ha sido el hecho de que se aplazara el debate en el Consejo Político Insular, que finalmente se constituía esta semana, ya que tras el último Congreso todavía no se había conformado, y que es quien realmente debe decidir la política de pactos.
Sin embargo, finalmente no se abordaron los temas previstos, en busca de intentar alcanzar un acuerdo antes de llegar a la votación, ya que eso podría poner de relieve un bloqueo técnico en el partido. Por un lado, porque era difícil que el sector "oficial" lograra el 60 por ciento de votos necesarios para ratificar una decisión. Por otro, porque al margen de los números necesarios para obtener la mayoría, conocer los votos de todos los miembros hubiera evidenciado que la división interna es realmente profunda.
Así, en los últimos días se está viendo el reflejo de lo que ha ido pasando durante seis meses en los que, pese a la determinación de la dirección insular del partido por sacar adelante un pacto con el PIL, el PNL y el PP, sólo han conseguido que prosperara esta alianza en el Cabildo, donde sus socios siguen esperando las contrapartidas que debían recibir en otros municipios.
Y es que si aunque el sector "oficial" logró una mayoría en la Ejecutiva Insular, en los comités locales del partido la situación es otra. De hecho, sólo dos respaldan abiertamente la línea de Jesús Machín (Tinajo y San Bartolomé), mientras que otros cuatro (Arrecife, Tías, Haría y Yaiza) están abiertamente en contra. Y el otro, Teguise, mantiene opiniones divididas y, además, fue el primero en presentar una moción de censura contra el PIL, aunque ahora se ha quedado en un callejón sin salida y gobernando en minoría.
Pero lo importante no sólo son los números que están de cada lado. Lo importante es también que entre los que se oponen a esa unión nacionalista junto al PP, están los comités de los municipios donde actualmente se podría llevar a cabo esa alianza. Es decir, Arrecife, Tías y Yaiza.
Y este escenario refleja que, evidentemente, Coalición Canaria sí tiene que abordar un profundo debate interno. Porque con un Consejo Político que hasta este miércoles no se había constituido, y con la mayoría de los comités locales en contra, la decisión de una Ejecutiva Insular no puede pretender imponer a los concejales que se sumen a un gobierno en el que no creen.
Ahora, después de haber apostado por la política de hechos consumados, la salida parece aún más complicada. Con un pacto ya en marcha en el Cabildo, con compromisos asumidos con esos socios para otros municipios, y con la férrea oposición de los concejales implicados, será necesario que impere todo el diálogo que ha faltado en los seis últimos meses, y que CC se replantee el rumbo que quiere tomar.
El partido deberá sobrevivir a las bajas que ya ha tenido por el camino en forma de dimisiones, pero no se podrá permitir el lujo de perder a más gente por toda la isla. Porque una cosa es hacer cumplir la "disciplina del partido", y otra cerrar los ojos ante la evidencia.