A finales de la década de los 80 del siglo pasado, siendo más joven y recién incorporado a la enseñanza, conocí a Yagüe. Se había inaugurado recientemente el instituto de San Bartolomé, del que fue su primer director. Años más tarde, a principio de los 90, coincidimos en el nuevo instituto de Yaiza, él como director. Recuerdo su actividad incansable con el alumnado organizando semanas canarias, cenas de la comunidad educativa y muchas otras actividades festivas y educativas. Siempre demostró unas ganas e implicación fuera de lo común. Destacar su enorme capacidad de trabajo y gestión. Profesor muy cercano al alumnado.
Con gran interés por los viajes de estudios, consiguió llevar al alumnado varias veces a rutas culturales por Europa. Siempre presto a ayudar a organizar cualquier actividad, dispuesto a regalar su tiempo para que las cosas salieran bien.
Aficionado a la música, promovió en tiempos una tuna estudiantil. Formó parte de varios grupos folclóricos. Decía que había que mantener viva la llama, sino esta parte de nuestro acervo cultural se perdería.
Como profesor de inglés formó a toda una generación, cuando esta lengua era una asignatura pendiente para la sociedad insular. Pasó por varios centros, además de los ya mencionados, impartió clases en los IES Agustín Espinosa, Blas Cabrera y Las Salinas, donde finalmente se jubiló. Solía decir “con que los alumnos dominen 500 palabra de lengua inglesa ya se defienden y en la isla hay muchas oportunidades para aprenderlas”.
Hombre de distancia corta y larga, voz tronera, amigos de todos. Amante de la pesca y del mar, con espíritu costero. Gran conversador. Parrandero. Se nos ha marchado un referente, una persona entrañable, ese tipo de profesor que recordaremos siempre.
Descanse en paz.
Eduardo Núñez González.