Hoy día de la Virgen del Carmen, has volado al Cielo. Así lo pienso. Fuiste amiga desde que llegué a Lanzarote. Has sido una gran amiga con mayúscula.
Recuerdo el cariño, atención y dedicación a tu madre. Fuiste una gran mujer, con tu silencio y tu sonrisa supiste luchar en la vida, con energía y tesón, dirigiendo a tu prole, de lo cuales te sentías muy orgullosa y a los que se les continúa protegiendo desde el más allá.
Recuerdo nuestros cuidados de nuestros pequeños en el parque. Ya más tarde, nuestros entretenimientos con el juego de canasta y sobre todo nuestras meriendas y costuras para el Carnaval, que hacíamos con tanta ilusión.
Y ahora Padre Dios te lleva y nos dejas con tanto dolor y tristeza. Siempre te llevaremos en nuestros corazones.
!Teresita no te digo adiós¡
Siempre estarás con nosotros.
Mis lágrimas, por más que caigan, no te traen de vuelta.
Pero aún me queda algo en este mundo: elevar por ti una oración.
Recuerdo cuánto creías,
cuánta luz ponías en cada palabra dirigida al cielo.
Hoy, con el corazón roto,
me uno a ese mismo cielo donde ahora habitas,
y desde aquí te nombro en silencio,
como se nombra lo sagrado.
