La conflictividad laboral asola desde hace unos meses Lanzarote, aunque todo parece indicar, y así lo creen los sindicatos de la Isla, que el problema que aqueja al mercado de trabajo es más estructural que coyuntural, a pesar de que es en el mes de agosto cuando los trabajadores prefieren poner sobre la mesa sus demandas.
La ciudadanía, la clase política, pero también los propios empresarios, ya saben por donde pueden venir los tiros todos los años y los conflictos que son susceptibles de surgir. Paradójicamente, son los sectores más protegidos por diversos convenios o dependientes de grandes corporaciones en cuyas estructuras un paro puede surtir el efecto deseado por los trabajadores los que más se abonan a la modalidad de huelga como forma de defender sus derechos. Pero en Lanzarote, son los menos desprotegidos, como aquellos que desempeñan su labor en el sector de hostelería y en otra serie de parcelas de mercado dependientes del turismo, lo que son sometidos a mayores abusos por parte de algunos empresarios sin escrúpulos y sin conciencia social, y son además los que más fuerza de trabajo aportan a la economía insular, representando más del 70 por ciento del total de trabajadores. Pero ellos nunca se ponen de huelga, hasta el día que lo hagan y entonces "se armará la de San Quintín", como señaló en declaraciones a LA VOZ el presidente de Comisiones Obreras Lanzarote, Ramón Pérez Farray.
La dinámica del mercado laboral y de la economía insular ha cambado brutalmente en los últimos quince años. Mientras que los beneficios de los empresarios han crecido de forma desorbitada, y prueba de ello es que a pesar de todas las edificaciones de nuevos complejos aún no se haya agotado el modelo turístico insular, las contraprestaciones retributivas y sociales han dsiminuido. "La conflictividad es un problema del conjunto de la situación laboral de Lanzarote, y haciendo comparaciones se trabaja muchos más tiempo ahora que hace diez o quince años, y desde luego los derechos de trabajadores han disminuido".
Ya desde hace años que Comisiones Obreras propone la creación de un órgano que integre a los empresarios, sindicatos y trabajadores para la conciliación de los conflictos laborales que afectan o puedan afectar la Isla.
Por otro lado, el cumplimiento de los convenios laborales por parte de las empresas es fundamental para evitar disgustos como los que ahora se viven día a día en Guasimeta.
Y volviendo a los miles de conflictos silenciosos que sufren las pequeñas y medianas empresas de los sectores ligados al turismo, señaló Pérez Farray que de no producirse un cambio en la mentalidad del empresariado, "se armará la de San Quintín en Lanzarote, y se pondrá en un peligro de muerte el motor de la economía insular, el turismo".
Por su parte, Andrés Barreto, portavoz de Intersindical Canaria (IC) en Lanzarote, responsabilizó al mal reparto de los beneficios como la principal causa de la conflictividad laboral. A pesar de reconocer la influencia de la dinámica general del sistema económico, que desde hace unos quince años tiende a la liberalización del mercado de trabajo y una eventualidad cada vez mayor, Barreto indicó que el caso de Lanzarote es especialmente sangrante. Recordó el que es también concejal de Alternativa Ciudadana en Arrecife que Intersindical Canaria litiga con cerca de 20 demandas semanales contra muchos empresarios por despidos improcedentes, lo que resulta un claro indicador, en palabras de Barreto, de la precariedad laboral que se vive en la Isla.
Según Barreto, la temporalidad en la que tanto se escudan muchos empresarios de hostelería y demás sectores ligados al turismo no justifica la eventualidad de los contratos de trabajo, porque "la ocupación media en el Archipiélago a lo largo de todo el año se acerca al 85 por ciento, registrandose importantes descensos sólo a principios del mes de marzo y finales de abril".
La estrategia de los empresarios hosteleros de Canarias ha cambiado, según el portavoz de IC. Si antes los beneficios se reinvertían por los empresarios en la mejora de los recursos, tanto humanos como materiales, en los establecimientos ya existentes, ahora lo que hace la mayoría es apostar por el crecimiento infinito, usando los rendimientos para la construcción de nuevos centros de negocios, bien en Lanzarote o bien en otros núcleos con proyección turística, como Cabo Verde. Y se toma la hostelería como sector de referencia porque es el que más empleo genera en el Archipiélago, pero que al mismo tiempo el que a mayor inseguridad laboral y flagrantes abusos registra.
La solución a la conflictividad laboral de la Isla sería, por tanto, una mejora en el reparto de los beneficios y un cambio de la estrategia a largo plazo, apostando por la protección de los trabajadores e implicandose en proyectos de turismo con mayor capacidad adquisitiva, tratando de mejorar las condiciones laborales, lo que por fuerza implicaría una mejora en la calidad de los servicios prestados por los empleados, repercutiendo en la percepción de los visitantes hacia la Isla como un destino competitivo.