Condenado al negarse a abandonar la casa de su decoradora por no devolverle un dinero en Canarias

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha impuesto un año de cárcel a un hombre acusado de allanar la vivienda de una persona que había encargado de decorar su casa por unas supuestas discrepancias de dinero entre ambos.

Según la sentencia, el procesado acudió a casa de la decoradora para reclamarle la devolución de un dinero y al no acceder esta, el hombre se negó a abandonar la residencia por lo que la denunciante llamó a la policía.

Un jurado popular determinó hace algunos meses la culpabilidad del encausado al que ahora se le impone esta pena en la que se incluye la suspensión de la entrada en cárcel en caso de que no cometa un delito en los próximos dos años.

El Jurado basó la condena en que desde el momento en el que la mujer le insta a abandonar la oficina situada en el garaje de su residencia hasta que llega la policía transcurrieron 20 minutos, como se pudo comprobar en un vídeo.

En ese tiempo el hombre se negó a irse hasta que la denunciante le entregara el dinero por medio de un bizum lo que ésta hizo pero al día siguiente.

En este caso la Fiscalía creía que era más correcto hablar de un delito de coacciones por la insistencia para cobrar, lo que hubiera evitado reunir a un jurado como se exige para los delitos de allanamiento.

El acusado conocía a la denunciante por ser profesora de inglés y decoradora de interiores, por lo que la familia comenzó a consultarle diversos aspectos dado que estaba reformando su vivienda por lo que llegaron a encargarle un proyecto.

En un momento dado la mujer dijo que no quería seguir con el encargo por motivos que se desconocen, tras lo cual el acusado acudió a su despacho situado en el garaje de su vivienda para que le diera explicaciones.

Una vez en la oficina en principio tuvieron una conversación cordial hasta que comenzaron a discrepar al exigirle el cliente que le devolviera el dinero de unas cortinas.

La mujer respondió que antes tenía que consultarlo con su abogado por lo que la discusión fue subiendo de tono hasta que la denunciante exigió al procesado que abandonara el lugar.

Al negarse la mujer llamó a la policía y a su letrado, quien le advirtió al denunciado que estaba cometiendo un delito mientras que el hombre optó por contactar con su mujer para que también acudiera al lugar.